Martha Barros

Des-idades, Poesías y Luchas: Articulaciones y Rupturas1

De despropósitos

¿Qué puede trascender los límites y reduccionismos de las edades y ser, en efecto, des-idades2?

El término me instigó, al percibir que, al menos, dos dimensiones de la vida social serían muy afines con este espacio y este lugar, también ocupado por des-idades: la poesía y la lucha. ¿Cómo llegar a los lugares sociales de la poesía y de la lucha, asociándolas con des-idades?

Tomo como referencia el significado atribuido al término des-idades en la presentación de la revista homónima: des-idades significa, como elección del título de la revista, que las edades, como criterios fijos que naturalizan comportamientos, habilidades y modos de existencia, según una temporalidad biográfica linear, precisan ser problematizadas de manera que sean permitidos nuevos abordajes, perspectivas y diálogos sobre las relaciones entre los grupos generacionales3.

El camino no fue arduo: fue serio e alegre, tal vez con la seriedad que frecuentemente escuchamos que es característica de los niños/as al jugar. Y vino a mi memoria, una frase de José Saramago: “Intenté no hacer nada en la vida que avergonzase al niño que fui”.

Sentí como me habitan los despropósitos. Manoel de Barros (1999, p.7) se pregunta, en la introducción al poema “O menino que carregava àgua na peneira” (“El niño que cargaba agua en la llovizna”), “¿Será que los absurdos no son las mayores virtudes de la poesía?¿Será que los despropósitos no están más cargados de poesía que el buen senso?”

Inclusive, a propósito de despropósitos, la afirmación de Pablo Neruda (1974/1987, p.39) contribuye con esta reflexión: “Es tan difícil que las personas razonables se conviertan en poetas como que los poetas se conviertan en personas razonables”.

Los despropósitos guardan estrecha relación con dos direcciones opuestas, en lo que concierne a la vida: con la utopía, cuando las prácticas y reflexiones se dirigen a la búsqueda de lo que, en el plano de la racionalidad, parece imposible de alcanzar, realizar; y con la rudeza y la crueldad de la vida, cuando la racionalidad parece no dar cuenta de los fenómenos, eventos y procesos que significan un despropósito extremo en relación a la vida y su preservación.

En consonancia con esta línea de reflexión, me vinieron a la mente de forma efusiva, algunos otros poetas – entre tantos, cuyos poemas, o sea, productos de la poética, de la creación, ocupan un lugar muy peculiar dentro de mí, y se entretejen libremente con las nociones de des-idades y de lucha – de luchas por la vida.

Así, vienen a mi memoria, a mis sentidos y razón, cómo las luchas – que aquí veo entretejidas con la poesía y las des-idades – atraviesan tiempos cronológicos, sociales, internos y externos, siempre que siguen a tener que decir, tener por qué luchar, qué hacer, qué sentir, qué enunciar en la transformación de una sociedad, en el anuncio y en la búsqueda de nuevos tiempos.

Son transgresiones e insurgencias, esperanzas y desesperanzas, emancipaciones y encuentros, construcción de conocimiento sensible e implicado, denuncias y propuestas, disposiciones para luchas por demandas e intereses colectivos, irreverencias y rupturas, utopías (en el ámbito de la sensibilidad, de la construcción de una sociedad más justa, de rupturas radicales con el sistema capitalista y neoliberal)4. Son, en síntesis, acciones políticas y militancias por la vida.

Basada en el pensamiento de Alba Carvalho (2012) y Carlos Nelson Coutinho (2012), ambos fundamentados en las reflexiones de Antonio Gramsci, me permito articular despropósitos, tan presentes en el campo del arte y más específicamente de la poesía, con la lucha, cuando se dirige a la osadía de la renovación y de la ampliación de posibilidades de transformaciones de la realidad que no corresponde a la defensa de intereses colectivos y a la universalidad de derechos. Despropósitos y luchas pueden, así, contribuir con la emancipación del pensamiento y para la deconstrucción de visiones del mundo, que naturalizan desigualdades y la violación de los derechos de segmentos más vulnerables de la población, como los pobres, negros, portadores de deficiencias mentales y físicas, poblaciones del campo, mujeres, segmento LGBTT5, niños/as y ancianos. Carvalho (2012, p.6) relaciona la acción política, componente fundamental para la lucha, con la posibilidad de “ampliar conceptos y redefinir posturas, con el compromiso histórico de develar el propio movimiento de lo real, en toda su contradictoria complejidad, desde la perspectiva de transformar el mundo contemporáneo”.

1 – El contenido corresponde, en parte, al texto construido por la autora para el lanzamiento de la Revista ‘Desidades’, el 15/05/2014, en la Universidade Federal do Rio de Janeiro (UFRJ), Rio de Janeiro, Brasil.
2 – Des-idades, nombre de la revista, remite a un juego de vocablos con sentido en portugués. ‘Des’ (prefijo que como en español indica negación, sentido contrario), ‘idades’ (edades), ‘des-idades’ significa entonces la negación o deconstrucción del concepto ‘edades’. El término invita así a un cuestionamiento o problematización de las representaciones instituidas y a crear nuevos sentidos y significados en torno a infancia y juventud. Al ser des-idades una palabra creada específicamente para nombrar la revista la dejaremos así, sin usar un equivalente en español.
3 – www.desidades.ufrj.br. Acceso en: 4 abr. 2015.
4 – Cuando hablo de utopía, me inspiro en las ideas de Mannheim (1972), formuladas ya desde 1929. El autor presumía que la mentalidad utópica presuponía tanto estar en contradicción con la realidad vigente, como, igualmente, romper con los dictámenes de la orden establecida. Además, utopía, de acuerdo con Mannheim, se concreta en la acción de grupos sociales, trasciende el contexto sociohistórico y orienta, en dirección a elementos que no existen en la realidad presente. Se trata, entonces, de una búsqueda por transformar el orden existente, de acuerdo con las concepciones propias de los grupos sociales que la emprenden. Finalmente, importa resaltar que el autor consideraba que la utopía seria inalcanzable solo dentro de una determinada orden social ya sedimentada. Para la profundización de esas ideas, sugiero la lectura de: MANNHEIM, K. ‘Ideologia e utopia’. Rio de Janeiro: Zahar, 1972; e BOBBIO, N. et al. Dicionário de política. Brasília: Editora UnB, Vol. 2, 1999.
5 – Me refiero a lesbianas, gays, trasvestis y transexuales, históricamente discriminados en la sociedad brasileña.

Ângela Pinheiro a3pinheiro@gmail.com

Psicóloga, doctora en Sociología, profesora de la Universidade Federal do Ceará (UFC), Brasil, integrante del Núcleo Cearense de Estudos e Pesquisas sobre a Criança (NUCEPEC/UFC), autora del libro Criança e Adolescente no Brasil: Porque o abismo entre a lei e a realidade (Edições UFC, 2006).