Leo Lopes

La invisibilidad social de las juventudes rurales

2) La invisibilidad de los jóvenes rurales en las recientes investigaciones académicas.
Si tenemos en cuenta el conjunto de la producción académica sobre la juventud rural en las últimas dos décadas, verificaremos un pequeño aumento en el interés por el tema. Los análisis bibliográficos realizados por Weisheimer (2005) y Sposito (2009) indican que lentamente estamos procesando una superación de esta invisibilidad social.
En 2004, a petición del Núcleo de Estudios Agrarios y Desarrollo Rural (NEAD) del Ministerio de Desarrollo Agrario (MDA), tuve la oportunidad de mapear y sistematizar la producción académica sobre la juventud rural realizada en Brasil en el período 1990-2004.  La producción de posgrado, la publicación de artículos en revistas científicas y libros fueron analizados. En esta ocasión, fueron identificados 50 estudios realizados por 36 investigadores. Verificamos que esta producción se concentraba principalmente en la región Sur y Sudeste, seguida por el Norte y Nordeste de Brasil, con una participación residual. Sin embargo, las investigaciones y publicaciones mostró un crecimiento significativo a partir del año 2000, que apuntaba una expansión y consolidación de este campo de estudios (Weisheimer, 2005).
La investigadora de la Universidad de São Paulo (USP) Marilia Sposito (2009) realizó un estudio de la producción de los estudiantes del curso de postgrado sobre el tema de la juventud en Brasil. Se identificaron 1427 trabajos defendidos en los programas de posgrado en las áreas de Educación, Ciencias Sociales y Servicios Sociales. De ese total, sólo 52 trabajos tienen que ver con la juventud rural, es decir, aproximadamente el 4% de todo lo que se estudia en la juventud en Brasil se refiere a la juventud rural. Como señala la autora:

Hay una naciente producción sobre los jóvenes y el mundo rural que es necesario fomentar aún más. Los pocos estudios existentes están revelando las múltiples temporalidades que articulan las relaciones sociales en nuestra sociedad, las complejas relaciones de complementariedad y las tensiones entre la ciudad y el campo, a menudo oscurecida por una perspectiva excesivamente urbana (SPOSITO, 2009, p.24).

Este mapeo demuestra categóricamente el desinterés de los investigadores brasileños sobre los modos de vida y los dilemas que afectan a los jóvenes del campo. Se plante a la pregunta: ¿porque ocurre esto? ¿Es el hecho de que vivimos en sociedades altamente urbanizadas el factor explicativo suficiente para justificar esta visión urbanocéntrica sobre el fenómeno social de la juventud?
3) Algunas hipótesis del porqué el desinterés de los investigadores hacia la juventud rural
Al tratar de entender la razón de la persistencia de la invisibilidad social que afecta a los jóvenes rurales en el ámbito académico, somos llevados a considerar al menos tres hipótesis: a) subestimación de la existencia de los jóvenes en las zonas rurales, marcada principalmente por las relaciones laborales agrícolas; b) subestimación de la importancia de las zonas rurales, ya que nuestras sociedades serían predominantemente urbanas; c) incompatibilidad entre los términos juventud e rural. Detengámonos brevemente en cada una de estas posibilidades.
En un período aún reciente, los sociólogos creían que la inserción en el universo productivo, conducía a la superación de la condición juvenil y la propia existencia de la juventud en lo que se llamaba modo de producción campesino. Un ejemplo de esta posición se puede encontrar en la obra del sociólogo José Vicente Tavares dos Santos (1984, p. 46), según el cual, en el medio rural, “ los procesos de socialización primaria y secundaria se mezclaban en un solo momento, ya que ocurren en el contexto de las relaciones familiares.» Partiendo de esta base, se creía que no habría jóvenes en el campo “pues, de niños saltan directamente a la condición de adultos (Tavares dos Santos, 1984, p. 46). Por mi parte, entiendo que esta percepción no corresponde a los procesos sociales que configuran la situación de los jóvenes en la agricultura familiar. Eso porque, aunque los jóvenes ejerzan un papel productivo en el contexto del trabajo familiar, esto no llega a configurar la superación de condición juvenil , puesto que permanece subordinados a la autoridad de los padres, al no haber sido superada su posición subordinada en la jerarquía familiar.
Otra posible razón del desinterés por la vida de los jóvenes rurales consistiría en la constatación de que el Brasil sería 84% urbano, según el censo del IBGE 2010. De este modo, las zonas rurales serían un mero residuo del pasado a punto de desaparecer. Sin embargo, si consideramos el índice de presión antrópica, como hace José Eli da Veiga (2003), reconoceremos que Brasil es más rural de lo que se imagina, llegando a tener  30% de la población en los municipios rurales. Según este autor “para efectos analíticos, no debemos considerar urbanos los habitantes de los municípios demasiado pequeños, de menos de 20.000 habitantes” (Veiga, 2003, p. 23). Sin considerar el efecto antrópico  en la diferencia entre lo urbano y lo rural continuaremos viviendo en “ciudades imaginarias”. Además, como señala este autor, al superar la confusión reinante entre rural (sentido espacial) y actividad agropecuaria (relaciones sociales de producción), nos daremos cuenta que no todo rural es agrícola y que en las zonas rurales existen muchos procesos de inserción social, de los cuales  los jóvenes participan, que merecen más atención de los investigadores de la juventud.
Por último, el dilema de la invisibilidad social se debe en parte a la negligencia de los cientistas sociales. Yanko Gonzáles Cangas (2003) sugiere que eso puede estar relacionado con el hecho de que la juventud y lo rural, como constructores teóricos, aparecen como contradictorios e irreconocibles en los estudios que dominaran las pautas de estos temas durante el siglo XX. La juventud aparece como una expresión de la modernidad que encuentra en el medio urbano y en las clases altas los matices de su caracterización, concediéndole un vínculo a los procesos de transformación y al futuro en la forma de una sucesión de generaciones.
A su vez, la carga semántica teórica acerca del “rural”, establecida también desde el punto de vista de la modernización,  le impuso un significado de conservación y pasado, algo que debe ser superado. (Cangas, 2003). Comprendemos que la reconciliación entre estos términos ocurre al reconocer en los jóvenes los elementos dinámicos de la sociedad con gran potencial ara ser los constructores de un cambio social significativo. De hecho, los jóvenes rurales aparecen como agentes estratégicos  para cualquier proyecto de desarrollo rural, principalmente si este sigue los principios de sostenibilidad, lo que involucra necesariamente importantes relaciones intergeneracionales.

Nilson Weisheimer weisheimer@pq.cnpq.br

Doctor en Sociología (UFRGS). Profesor Adjunto del Centro de Artes, Humanidades y Letras (CAHL/UFRB). Profesor del Programa de PostGrado en Ciencias Sociales (PPGCS/UFRB). Coordinador del Núcleo de Estudios en Agricultura Familiar y Desarrollo Rural (NEAF/UFRB) y del Observatorio Social de la Juventud (OSJ/UFRB). Vencedor del Premio Capes de Tesis 2010, con el trabajo La Situación Juvenil en la Agricultura Familiar.

Nilson Weisheimer