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Narrativas (auto)biográficas de liderazgo de jóvenes: Pedagogías emergentes en la participación en asociación estudiantil

Como perteneciente a la asociación estudiantil puedo decir que fue un honor muy grande tener un poco de la defensa de la escuela, un poco de contacto interno, pues fue dedicador (sic) creer que tantos estudiantes confiaron en ti y que tantos tienen ganas, deseo y pretensión de asumir este cargo, pero pocos tienen el coraje de arriesgar ser un asociado (R. G. M., 17 años, género masculino).

Ser asociado1 puede constituirse en una honorable experiencia de otorga de confianza de sus pares para asumir un lugar de dedicada acción en defensa de la escuela. Dicha acción puede ser un valiente acto político personal, hacerse pedagógica por tratarse de un actuar ético educativo, en favor de la comunidad de aprendizaje. Este es uno de los sentidos posibles que interpretamos a partir de las narrativas (auto)biográficas de jóvenes participantes activos en asociaciones estudiantiles.

Es de esta acción pedagógica, en favor del bien común de una comunidad educativa, que emerge la palabra confianza. Los jóvenes dan una señal y un recado de que participar puede ser una forma de confiar y de que confíen en ellos. Por ello, resignifican el locus educativo por su participación.

Etimológicamente, según Cunha (1994, p. 355), en latín, la palabra «con-fiar» puede tener al menos dos orígenes posibles. El primero de ellos está relacionado con el término fidere, es decir, «tener fe». El segundo se refiere al término filare, que puede interpretarse como «componer con hilos». Acogemos y entrelazamos ambos sentidos cuando interpretamos, hermenéuticamente, las narrativas (auto)biográficas de los asociados, pues, como veremos hacia adelante, al ser “con-fiados” por sus pares, los jóvenes relatan que pasan a creer más en si mismos y en la colectividad, colaborando con la mejoría de sus vidas, en comunidad.

En otras palabras, los asociados, por medio de una pedagogía de la confianza, anuncian que la participación es un catalizador de energía y creatividad colectiva, que pueden compartir sus ideas y sumar sus acciones a las de otros jóvenes, niños y adultos, impactando, positivamente, su comunidad, no solo para un futuro lejano, sino aquí y ahora.

Este texto presenta resultados parciales de una investigación más amplia, en progreso, que tiene como escenario y estudio la participación de los jóvenes de la asociación estudiantil, de tres escuelas, de Mogi das Cruzes, vinculados a la Secretaría de Educación del Estado de São Paulo, Brasil. Por lo tanto, el objetivo central de este artículo es analizar las narrativas (auto)biográficas de los jóvenes, en el ejercicio de su participación, en la asociación estudiantil, capturando las pedagogías que emergen y se anuncian en este proceso de implicación de sí con el otro, en convivencia, y el modo como estos jóvenes (re)elaboran, en sus trayectorias de vida, las dimensiones y los sentidos de la participación.

Destacamos que relacionar la participación con juventudes es algo recurrente (Dayrell, 2016; Perondi, 2013; Perondi; Vieira, 2018) y permite a los educadores e investigadores prestar atención a la problemática, en el sentido de la relevancia de reflexionar acerca del hacer ético-político-pedagógico con las juventudes.

Metodológicamente, utilizamos las narrativas (auto)biográficas, entendidas como un proceso de investigación y capacitación, en este caso, en un enfoque cualitativo. Este artículo es el producto de un proceso de investigación-acción, de naturaleza narrativa, que posibilita la interacción e interpretación hermenéutica, en la que se destaca la voz y la palabra de jóvenes líderes estudiantiles.

El ejercicio (auto)reflexivo, a partir de las narrativas (auto)biográficas, está mostrándose como dispositivo potente y fortalece la comprensión de la participación como acto político y de responsabilidad con el colectivo, que implica el reconocimiento de la relación entre educación y los jóvenes, entre la escuela y los jóvenes, entra la dimensión pedagógica y el aprendizaje de los jóvenes o de aprender con los jóvenes.

En cuanto a los procedimientos metodológicos, se realizaron entrevistas-diálogo con los jóvenes participantes, que generaron informes (auto)biográficos orales y escritos. Posteriormente, todas las narrativas fueron sistematizadas y analizadas por un proceso de confección artesanal. Entendemos esta noción desde la perspectiva del artesano intelectual (Wright-Mills, 1972) y el modelo artesanal de la ciencia (Becker, 1997).

De esta manera, analizamos las narrativas construyendo redes de sentido y significados sobre los modos de ser y estar de las juventudes, sobre los modos cómo se narran y se dicen en los espacios de participación. Finalmente, presentamos reflexiones sobre múltiples pedagogías que establecen redes de apoyo, amparo y confianza entre los sujetos de las comunidades de aprendizajes.

Juventudes y participación social

Además de aprender cosas nuevas de mis colegas asociados, también aprendo a expresar mi opinión, sin temor, y puedo ser escuchada. Son muchos los beneficios de ser asociado, pero, lo más importante, es el protagonismo juvenil, es decir, la participación y la voz activa en la escuela, pudiendo pasar a la dirección las opiniones, sugerencias e ideas de los otros alumnos (A. N., 14 años, género femenino).

La participación de nuestro trabajo en la comunicación ha cambiado algunas cosas y me arriesgo a decir que incluso ha cambiado a algunas personas. Los estudiantes de mi escuela se reflejaron en nuestro trabajo y comenzaron a participar y, con eso, también sus padres. Moviendo a toda una comunidad con un solo gesto (P. L. B. I., 16 años, género masculino).

Ser asociado estudiantil puede ser aún una experiencia de «tener una voz activa en la escuela», expresándose sin miedo. Las narrativas anteriores ilustran que participar en la asociación estudiantil puede indicar un movimiento de buscar ser oído, haciendo gestión, comunicando e integrando a las personas, por gestos que pueden transformar a los sujetos y a toda la comunidad. Así dan sentido algunos jóvenes participantes de esta investigación, entrelazando sus juventudes y participación social en sus territorios.

Una de las posibles interpretaciones para el origen de la palabra gestión está asociada, etimológicamente, con la entrada latina gerere y sus formas gestio, gestiōnis (Cunha, 1994, p. 384-385). Es posible, entonces, asociar el concepto de gestión con el concepto de gesto, identificado en gestus, es decir, lo que fue realizado, no como una simple expresión corporal o emocional. Además, es posible asociar con la entrada latina gerere la idea de gestación, germinación.

De manera similar, los asociados, participantes en la investigación, afirman que, entre los principales aprendizajes de la experiencia, están las posibilidades de: (i) transformar la gestión (democrática) de la escuela; (ii) generar transformaciones en la vida de las juventudes; (iii) realizar gestos colectivos y (iv) germinar nuevas formas de vida cuando aprenden a decir su palabra para compartir decisiones colectivas y reinventar el poder.

Practicar la democracia como una forma de vida política y social, junto con instituciones democráticas (como escuelas, asociaciones estudiantiles, sistemas de educación pública, etc.) es buscar inventar múltiples formas de compartir el poder y los procesos de toma de decisiones de interés colectivo (Machado; Arenhaldt, 2016, p. 125).

En este sentido, Fiori (1987, p. 13), cuando presenta la obra Pedagogía del Oprimido de Paulo Freire, afirma que «con la palabra, el hombre se hace hombre. Al decir su palabra, el hombre asume conscientemente su esencial condición humana”. Parafraseando al autor, también podemos decir que un joven se hace joven asumiendo, conscientemente, su condición de sujeto histórico y social. Al fin y al cabo, como destaca Valenzuela (2014, p. 18), «juventud es un concepto vacío fuera de su contexto histórico y sociocultural».

Por cierto, la construcción del concepto de juventud, social, histórica y académicamente, requiere contextualización. Según Perondi y Vieira (2018, p. 54-58), hay cuatro posibles abordajes: a) juventud como etapa preparatoria de la vida adulta; b) como un problema, con enfoque en la falta o negatividad, generando miedo y alejamiento; c) como modelo, un producto vendido por el mercado promotor del consumismo; y d) como sujeto de derecho y, por lo tanto, de participación, con instancias democráticas pensadas y preparadas para que esto suceda. En nuestras acciones educativas y académicas, como en este artículo, asumimos esta última perspectiva.

Más allá de estos enfoques, Perondi y Vieira (2018, p. 51) proponen que el concepto jóvenes se entienda en plural, afirmando que:

Hoy en día, está claro que no es solo el tema de la edad lo que define qué es la juventud, sino, sobre todo, sus características sociales, históricas y culturales. En vista de esto, se puede decir que no existe un concepto homogéneo y universal sobre las juventudes, dado que es necesario analizar cuáles son los contextos en los que se insertan los jóvenes de quienes hablamos.

El concepto de juventud, por lo tanto, va metamorfoseándose de manera compleja, considerando el contexto social, la dimensión histórica y biográfica. Según cada contexto, las juventudes también van asumiendo una carga de responsabilidad y diferentes posibilidades de participación social:

La entrada en la juventud se hace en la fase de la adolescencia y está marcada por transformaciones biológicas, psicológicas y de inserción social. Es en esta fase que se adquiere el poder físico para procrear, en el que la persona muestra signos de necesitar menos protección de la familia y comienza a asumir responsabilidades, a buscar la independencia y a demostrar la autosuficiencia, entre otros signos corporales, psicológicos y de autonomización cultural (Dayrell, 2016, p. 26).

Además, en este artículo, analíticamente, (entre) tejimos las narrativas (auto)biográficas de los líderes estudiantiles, en un esfuerzo ético y estético para escuchar a los jóvenes que se hacen jóvenes cuando reflexionan sobre su condición humana y sus juventudes. A continuación, presentaremos las disposiciones metodológicas que respaldarán el análisis de cómo estos jóvenes de la asociación estudiantil se manifiestan y (re)elaboran sus trayectorias de vida y los múltiples significados de su participación.

1 – Participante de la asociación de estudiantes
Alexsandro dos Santos Machado alexsandro.santosmachado@ufrpe.br

Doctor en Educación, Profesor Adjunto del Curso de Pedagogía – Educación a distancia de la Universidade Federal Rural de Pernambuco, Brasil. Integra la Comunidade Reinventando a Educação y el Núcleo De Estudos e Gestão do Cuidado (CNPq).

Irene Reis dos Santos irene@coreduc.org

Investiga, en nivel de maestría, acerca de los sentidos de la participación de la juventud. Universidad de la Empresa – UDE, Uruguay. Presidenta de Comunidade Reinventando a Educação. Integra el Núcleo De Estudos e Gestão do Cuidado (CNPq).

Rafael Arenhald rafael.arenhaldt@ufrgs.br

Doctor em Educação, Profesor Adjunto de la Faculdade de Educação y Profesor Permanente de PPGENSAU/FAMED de la Universidade Federal do Rio Grande do Sul – UFRGS, Brasil. Integra la Comunidade Reinventando a Educação y el Núcleo de Estudos Educação e Gestão do Cuidado (CNPq).