Foto: Claudio Portinari

Cuándo y cómo la protección de la infancia es un valor para los adultos

Introducción

El objeto de estudio de este trabajo es la protección de la infancia, considerando específicamente las formas a través las cuales tal protección se produce en el ámbito de las relaciones intergeneracionales entre adultos y niños en la contemporaneidad. La noción de protección de la infancia y sus impactos sobre las relaciones intergeneracionales son indagados a partir de una investigación de campo, de carácter cualitativo y exploratorio, realizada con adultos.

La investigación partió del campo interdisciplinar de los (nuevos) estudios de la infancia (Alanen, 1992; Sirota, 2007; Corsaro, 2011), adoptando la crítica que este campo hace a las narrativas clásicas sobre el niño y la infancia. En este campo de estudios, se considera que la construcción de la infancia se deriva de un proceso social e histórico (Qvortrup, 2011a, 2011b) y que, en el “mundo occidental”, la construcción de la infancia y el lugar social mayoritariamente reservado para ella se nutrirán, por ejemplo, de las “verdades” producidas por las teorías del desarrollo, emergentes en la Modernidad (Smolka, 2002; Gillis, 2011), y por las teorías de la socialización (Durkheim, 1982; Parsons, 1982).

La concepción occidental (Stearns, 2006), o mejor, europea, de infancia moderna (Qvortrup, 2005) trajo consecuencias para la construcción de la infancia en Brasil y en otros países de América Latina y del mundo (Alanen, 1992; Heywood, 2001; Stearns, 2006); trajo también consecuencias para la experiencia de los niños e impactó en la manera en que ese grupo social fue tratado a lo largo de diferentes momentos de nuestra historia. Este trabajo, entonces, busca sumarse al esfuerzo académico de no dar continuidad a las narrativas tradicionales de socialización y del desarrollo del niño, intentando pensar la infancia en su dimensión generacional, examinando uno de los aspectos del tratamiento que se le da a la infancia en Brasil, a saber: su protección.

Actualmente en Brasil la idea de que los niños deben ser especialmente protegidos es garantizada por el Estatuto del niño y del adolescente (Brasil, 1990a), que formaliza una definición de protección aún muy asociada a los contextos de adversidad, en los que “el niño ya está sufriendo alguna violación de derechos” y, por eso, el Estado o la familia son responsabilizados con la prestación de diversos tipos de asistencia para preservar al niño de contextos o prácticas que le causen algún daño o le impongan riesgos. A pesar del documento reflejar la doctrina de protección integral (Arantes, 2009) y haber sido una conquista importante de la sociedad brasileña, el texto (Brasil, 1990a) plantea la protección en tanto medidas que deben ser aplicadas en situaciones donde el niño, por ejemplo, está desprovisto de la convivencia familiar, o pasa por maltratos, o está expuesto al trabajo, o, incluso, cuando él es autor del acto de infracción. Esta definición de protección refleja la historia del trato público dado a la infancia en Brasil y de los servicios aquí creados para atender a los niños (Kramer, 1982; Pinheiro, 2006; Castro, 2012), por eso la protección, en cuanto una normativa para las familias y para el Estado, parece ser evocada apenas como algo que debe acontecer en situaciones “de excepción”.

Esto ocurre, entre otros factores, porque la idea de protección fue siendo socialmente producida en Brasil a partir de marcadores de raza y clase que caracterizan históricamente las infancias que más sufren violaciones de derechos en el país: las infancias marginalizadas, vividas por los niños negros y pobres. A pesar de las ganancias de intentar preservar esos niños y ascenderlos al estatus de sujeto de derechos, la protección reglamentada en el país no fue asociada también a prácticas cotidianas de cuidados de todos los niños y aún presenta dificultades de concretarse para toda la generación infantil.

Teniendo presente entonces las limitaciones de la definición de protección en cuanto norma, buscamos con este trabajo conocer la visión de los adultos sobre la presencia (o no) de la protección en la vida común de los niños que gozan de una infancia más próxima a la “idealizada”. Aquí la protección nunca fue vista como un valor, pensada en un sentido más amplio, y abordada desde una perspectiva generacional (Alanen; Mayall, 2001; Alanen, 2011), que percibe a adultos y niños como sujetos de grupos de generación (Freixa; Leccardi, 2010; Qvortrup, 2011a; Weller; Motta, 2010). Eso significa que tomamos las actuaciones de esos individuos atendiendo a su dimensión colectiva, considerando que sus posibilidades de acción provienen de la posición de su grupo generacional en la estructura de la sociedad (Weller, 2010). Por relaciones intergeneracionales, entonces, estamos asumiendo las relaciones que adultos y niños establecen entre sí, teniendo en cuenta principalmente que los papeles asumidos en esa relación emanan no solamente de las características individuales de las personas implicadas en la relación, sino también de las posiciones generacionales de una generación frente la otra. Entonces, visto que la generación adulta tiene un papel de responsabilidad con la generación de la infancia, la relación adulto-niño será atravesada por este imperativo, sea el ejercido o no. Adoptamos la perspectiva generacional en el presente trabajo porque nos interesa conocer las condiciones de posibilidad que permiten la construcción de vínculos de responsabilidad y también interdependencia entre esos sujetos, así como observar la reciprocidad en esas relaciones, entre otras cuestiones. En este trabajo, por lo tanto, la idea de protección es discutida dentro de una reflexión más amplia sobre los intercambios entre la generación de los adultos y la generación de los niños en la realidad brasileña, objetivando conocer específicamente cómo ellas son impactadas por la idea de protección.

Para eso, realizamos una investigación de campo con adultos. Nuestra elección metodológica se deriva de la comprensión de que la protección de la infancia – como un valor o como una norma – incide directamente sobre los adultos y sobre el Estado, que son supuestamente los proveedores de la protección para las generaciones más nuevas. Este trabajo muestra cómo sujetos de la generación más vieja ven la aplicabilidad de la idea de protección y cómo se posicionan ante eso.

 

Suzana Santos Libardi suzana.libardi@gmail.com

Psicóloga, Doctora en Psicología por el Programa de Posgrado en Psicología de la Universidade Federal do Rio de Janeiro (UFRJ), Rio de Janeiro, Brasil.