Foto: Karima Oliva Bello

Jóvenes y la precarización del trabajo: el caso del cuentapropismo¹ en Cuba²

El presente artículo se deriva de una investigación que tuvo como objetivo comprender cómo los procesos de vulnerabilización relacionados con la actualización del modelo económico cubano afectan a un grupo de jóvenes en desventaja socioeconómica de la Habana, sobretodo su impacto subjetivo en esos jóvenes en cuanto sujetos. Fue realizada una inmersión de 6 meses en una comunidad de la Habana con indicadores de desventaja socioeconómica. En suma, entrevistamos, de forma grupal e individual, a 55 mujeres y hombres, con color de la piel negra, blanca y mestiza, con ingresos medios, bajos o sin ingresos, moradores en la comunidad y en otros barrios en desventaja socioeconómica de la Habana, a través de 48 jornadas de observaciones participantes, 6 entrevistas grupales abiertas, 15 entrevistas individuales semiestructuradas en profundidad y 1 sesión de trabajo grupal. También fueron realizadas tres entrevistas a expertas y dos entrevistas a investigadoras locales, participamos en un taller con jóvenes investigadores cubanos sobre las nuevas formas de gestión económica y su impacto para la juventud, así como analizamos discursos y documentos oficiales.

Las diferentes ocupaciones de los jóvenes entrevistados permitieron tener acceso a la diversidad de la juventud cubana contemporánea: estudiantes universitarios, estudiantes que alternan la actividad de estudio con un empleo en el sector no estatal, jóvenes recién formados trabajando en el sector estatal, estudiantes de la enseñanza media – técnicos principalmente, técnicos empleados en el sector estatal con salarios muy bajos, empleados o subempleados en el sector no estatal de manera inestable, informal, jóvenes vinculados a actividades ilegales, exreclusos ahora desempleados o que permanecen en la ilegalidad.

No establecimos contacto con los jóvenes a través de las escuelas o instituciones educativas y eso determinó que la muestra incluyese a jóvenes totalmente al margen de este tipo de instituciones, lo que, al mismo tiempo, determinó que el discurso de ellos se diferenciara de las narrativas levantadas por otras investigaciones que consultamos, hechas dentro del contexto escolar fundamentalmente.

Emergen problemáticas vinculadas a la juventud con base en experiencias de vida situadas en los nuevos contextos emergentes dentro de la sociedad cubana. Según nuestro parecer, cada vez se torna más importante colocar en perspectiva esa diversidad en las investigaciones sobre juventud en Cuba y romper la histórica junción “joven = estudiante”. La ruptura de esa junción que fija la categoría de joven a la de estudiante puede abrir una brecha para la emergencia de un conjunto de temáticas que antes no fueron asociadas lo suficiente al universo de las cuestiones tratadas en torno a la juventud cubana, tales como pobreza, marginalización, género, raza, desigualdad, acción, política, participación, subjetivación, autonomía, derechos, consumo.

A los fines de la presente publicación centraremos nuestra atención especialmente en el análisis de la problemática del trabajo, en el caso de los jóvenes vinculados al cuentapropismo, en el sector no estatal, uno de los temas sobresalientes de entre los resultados de la investigación, que también abarcó otros temas como transición estudio-trabajo, participación política y futuro-emigración. Queremos destacar que los resultados derivados del presente estudio se refieren, de forma exploratoria, a la experiencia del grupo de jóvenes entrevistados y no pueden ser generalizados a todas las juventudes cubanas ni a todos los jóvenes vinculados a los emprendimientos dentro del sector no estatal.

Un grupo de jóvenes cubanos y sus condiciones de trabajo en el sector no estatal

Uno de los aspectos más mencionados por los jóvenes en cuanto al impacto de la actualización del modelo económico tiene que ver con las nuevas formas de gestión económica impulsadas en Cuba. El cuentapropismo, en especial, sobresalió. Cuentapropismo es un término usado en el contexto cubano para designar aquella actividad de trabajo que no se subordina a la administración del Estado y se corresponde con la iniciativa privada. Las personas que trabajan en ese sector son llamadas trabajadores por cuenta propia. Se trata de un abanico diverso de trabajadores, que incluye tanto a los dueños de los negocios, como restaurantes, cafeterías etc., como a los contratados en esos negocios. Así, los tamaños, monto de las inversiones e ingresos en cada negocio varía mucho. Pueden ser pequeñas cafeterías en lugares periféricos o lujosos restaurantes en lugares privilegiados de la ciudad. Reglas y condiciones de trabajo son acordadas individualmente de modo informal entre empleadores y empleados. Aspectos como salarios, horarios de trabajo etc. – establecidos de acuerdo a leyes y convenios colectivos en el sector estatal – son libremente determinados y establecidos por los dueños de los emprendimientos sin regulación.

En este sector el salario, en general, es más alto que en el sector estatal, explican los jóvenes, y ellos perciben mayores ingresos, alegan mayor independencia económica que sus pares en el sector estatal y sienten una mayor satisfacción en ese sentido. No obstante, más allá del salario, otras cuestiones sobresalen en cuanto a las condiciones del trabajo en el sector no estatal. Por ejemplo, una actividad representativa del cuentapropismo predominante en la comunidad a la cual los jóvenes están vinculados sin regularizar su situación de empleo son los “bicitaxis”3. Varios bicitaxi pertenecen a un mismo dueño4. Un joven con quien hablé dirige todo el día, también de noche, mientras exista demanda del servicio, me cuenta. El joven no tiene vacaciones, no obstante, si tuviese algún problema puede hablar con el dueño y pedir autorización para no trabajar ese día. El trabajo le cansa bastante, según nos cuenta. Entrega diariamente al dueño una cantidad fija de dinero, a veces consigue quedarse con más, a veces con menos, dependiendo de lo que consiga hacer ese día, según la demanda, pero así va “resolviendo”5. No es de la Habana, es de Oriente y vino a la Habana a “luchar”. No está feliz con las condiciones de su empleo, pero fue lo que consiguió y está agradecido, vive con una mujer en casa de ella y nunca falta la comida porque él trabaja. Tiene 22 años.

La mayoría de los bicitaxeros con quienes conversamos eran jóvenes mestizos, casi siempre reunidos cuando no tenían pasajeros, esperando por carreras, sentados en los bicitaxis, conversando. Podríamos preguntarnos si ellos conversarían sobre sus condiciones de trabajo, situaciones que los descontentan y estrategias para negociar con
os dueños mejores condiciones. A partir de la entrevista con este joven verificamos que esos temas no son tratados.

Como identificamos en las entrevistas, se destaca que los jóvenes entrevistados empleados en el sector no estatal no realizan esta actividad de forma legal ni están afiliados al régimen de Seguridad Social que rige ese sector desde septiembre del 2011. En cuanto a trabajar de forma ilegal sin licencia los jóvenes cuentan:

Es conveniente para ambas partes, el dueño no paga por tenerte empleado y tú tampoco pagas a la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) por estar trabajando […] como no era un trabajo estable no tenía mucho sentido afiliarme sin saber cuánto tiempo iba a permanecer ahí […] trabajar sin licencia fue estresante por el miedo a ser multada por la policía, pero no tenía sentido para mi firmar un contrato para realizar una actividad temporal. (Fragmento de la entrevista con Sofía6, estudiante universitaria que trabajó en el sector no estatal sin licencia).

Ya trabajé por contrato y no hace mucha diferencia, los contratos ni siempre se respetan, en verdad es algo más bien formal porque los dueños hacen lo que quieren […] en todos los lugares las reglas del juego no son siempre las mismas. Hay lugares donde se firman contratos, pero no se cumplen y al final el trabajo no se organiza de acuerdo a lo escrito en el papel, mientras hay lugares en que ni existe el contrato (Fragmento de la entrevista con Nina, estudiante universitaria que trabaja como camarera sin licencia y sin autorización de la Universidad).

Prefiero no firmar contrato para no tener que pagar el impuesto a la ONAT. (Fragmento de la entrevista a Roberto, joven contratado en el sector no estatal sin licencia).

En general existe entre ellos desconocimiento sobre el régimen de Seguridad Social y las leyes vigentes para el trabajo en el sector no estatal en que están implicados. La afiliación al régimen de Seguridad Social – proceso diferente a firmar un contrato entre empleador y empleado sin mediación del Estado -, que se materializa en la solicitud de una licencia para trabajar a las autoridades competentes, es obligatoria, así como indispensable para ser protegido en caso de “vejez, incapacidad total, temporal o permanente, muerte de familiar o embarazo”, según lo establecido en el Decreto-Ley 278 del 2011 (Cuba, 2011). En general, la Ley estipula que los trabajadores deben pagar impuestos sobre los ingresos personales bien como por la utilización de fuerza de trabajo, en el caso de los empleadores, a saber, por el número de personas contratadas. El escenario de ilegalidad descubierto en las entrevistas se corresponde con los datos oficiales. Rodríguez (2017) informa que una de las manifestaciones más comunes de evasión fiscal en el sector no estatal se debe a que las personas no se inscriben como contribuyentes siendo contratadas de forma ilegal por propietarios con licencia. En esos casos, ambos, empleador y empleado, son sancionables según la Ley, afirma.

Realmente, el desinterés de los jóvenes entrevistados sobre los derechos garantizados por el Régimen de Seguridad Social es resultado de evaluar beneficios y costos de la afiliación. Podríamos considerar que tanto empleadores como jóvenes empleados se benefician de la evasión fiscal. No obstante, los jóvenes quedan en condiciones vulnerables, sin una mediación legal para negociar sus condiciones de trabajo y trabajan sin un contexto normativo que garantice derechos.

Nada de eso existe –refiriéndose a vacaciones, licencias, etc. (Fragmento de la entrevista a Roberto, joven contratado en el sector no estatal sin licencia)

Todo eso es acordado con el dueño (Fragmento de la entrevista a María, madre soltera sin empleo cuyo último empleo fue en el sector no estatal sin licencia)

El dueño te explica las reglas y si no te gusta te vas. (Fragmento de la entrevista a Javier, actualmente sin empleo que ya trabajó en el sector no estatal sin licencia)

En ese contexto, los jóvenes entrevistados, empleados en negocios más rentables narran ofensas verbales y abusos por parte del personal que administra el negocio o de los dueños – en su mayoría hombres blancos, entre 40 y 50 años, de altos ingresos:

Ellos – los dueños – tienen un estilo de vida caro, casas grandes, ropa cara, buenos carros y viajes […]. En todos los lugares donde ya trabajé fue siempre así – refiriéndose al maltrato verbal – cuando no es al comienzo es al final, siempre te tratan mal, te gritan, te ofenden. Es bastante común en ese tipo de negocios, es como para dejar claro que si tú no haces las cosas de la forma que ellos quieren te vas. Los dueños se sienten con la autoridad de decir cualquier cosa, de ofender porque están molestos por alguna razón o no les gustó cómo haces las cosas. (Fragmento de la entrevista con Nina, estudiante universitaria que trabaja como camarera sin licencia y sin autorización de la Universidad).

Ellos te maltratan y exigen, es verdad que pagan más, pero tal vez ni pagan lo que deberían, solo piensan en ganar y lucrar. (Fragmento de la entrevista a Javier, actualmente sin empleo que ya trabajó en el sector no estatal sin licencia)

El principal criterio en que se basa ese trato irrespetuoso tiene que ver, según interpretan los jóvenes, con la diferencia de estatus socioeconómico. Para ellos es la forma del dueño decir: “este aquí es mi negocio, yo soy quien tiene poder y dinero, tú no eres nadie, tú eres mi empleado”, nos dicen.

Al mismo tiempo, los jóvenes relatan que existen criterios orientando los procesos de contratación en determinados negocios de lujo, como la apariencia física, hablar inglés, ser carismático y con buena presencia, informan:

Ellos te lo dicen explícitamente, o sea, te dicen “estamos buscando muchachas con tales características”, te miran, como tienes el pelo, tu cuerpo, tu apariencia en general. También son muy demandados jóvenes universitarios porque, en general, hablamos otros idiomas, tenemos cierta formación y eso determina que tengamos mejor preparación y forma para atender a clientes extranjeros o de alta renda… en otros negocios solo contratan hombres etc. (Fragmento de la entrevista a Nina).

En algunas ramas del sector, los criterios estéticos y de otro tipo funcionan como elementos discriminatorios en cuanto a los padrones de contratación con base en valores propios de una cultura patriarcal, autoritaria, elitista o racista. El 2 de julio del 2017, el periódico Trabajadores de la prensa estatal cubana denunciaba un caso de discriminación racial. Una joven de piel negra fue agredida verbalmente y expulsada de un taxi particular por el taxista, dueño del taxi, que alegó que no le gustaban “los negros y que en su taxi él no montaba negros” (Perez, 2017). Relacionado con la experiencia de los jóvenes, el acontecimiento revela el desafío que representa la apertura del sector no estatal en materia de los valores que visan regular las relaciones humanas dentro de un proceso que se propone construir el socialismo.

1 – Término usado en el contexto cubano para designar aquella actividad de trabajo que no se subordina a la administración del Estado y se corresponde con la iniciativa privada. Las personas que trabajan en ese sector son llamadas trabajadores por cuenta propia.
2 – La presente investigación fue realizada con el apoyo del Programa de Estudiantes-Convenio de Posgrado (PEC-PG)- CAPES, Brasil.
3 – Taxi que es una bicicleta.
4 – Modo como los jóvenes se refieren a los propietarios de carros, bicitaxis, restaurantes etc., centro del cuentapropismo. Dato muy interesante, porque mientras en la narrativa oficial se usa el término cuentapropistas o trabajador por cuenta propia, para referirse de forma homogénea a todos los vinculados al sector no estatal, en el imaginario social de los jóvenes se expresa una clara distinción entre los propietarios y los que son simplemente empleados. A saber, en la narrativa de los jóvenes se perfilan dos actores sociales con condiciones de vida e intereses bien diferenciados, en función de la propiedad.
5 – Usamos entrecomillado en los casos en que queremos destacar expresiones o palabras propias de los jóvenes, extraídas literalmente de las entrevistas.
6 – Todos los nombres de jóvenes que aparecen en el texto son ficticios.
Karima Oliva Bello koliva2009@gmail.com

Maestría en Psicología Educativa por la Universidad de la Habana, Cuba, y Doctora en Psicología por la Universidad Federal de Río de Janeiro, Brasil. Becaria del Programa de Estudiantes-Convenio de Posgrado (PEC-PG)- CAPES (2014-2018), Brasil. Profesora de Psicología de la Universidad de la Habana (2005-2014). Investigadora del NIPIAC y Editora Asistente de la Revista DESidades.