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“Redimir la política”: experiencias de militancia de jóvenes evangélicos de Argentina.

Introducción

Una de las principales interpelaciones que el discurso evangélico dirige a sus jóvenes fieles es la de ser “agentes del cambio social” que implica – entre otras cuestiones – la exhibición pública de su ‘ethos’ religioso a fin de presentar un estilo ‘cristiano’ de ser joven, esto es, un modelo “radical” de juventud que ponga en cuestión el modelo juvenil imperante en la sociedad argentina. En este sentido, uno de los discursos más difundidos dentro del mundo evangélico es el de presentar el estilo de vida juvenil-cristiano como “rebelde contra la rebelión”, es decir, como un modelo “alternativo” de “rebeldía” que implica oponerse a todo formato de “transgresión” asociado con los sectores juveniles no-creyentes (Mosqueira, 2014).

Dentro de este esquema, una de las áreas más intensamente tematizadas es la “santidad sexual”, lo que no sólo supone un llamado a su observancia, sino que también incluye una exhortación a hacerla visible en el espacio público. En efecto, una de las principales “banderas” públicas que la juventud cristiana levantó en la Argentina desde la apertura democrática hasta la actualidad es la de la “pureza sexual”1.

En sintonía con estas tendencias el 15 de septiembre de 2005, el liderazgo juvenil evangélico, junto con la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA) presentaron ante el Senado de la Nación2 una “declaración pública” de los valores y principios de la juventud evangélica argentina, con el fin de visibilizar un “modelo de juventud” basado en “conductas y valores bíblicos”, frente a un “sistema sociocultural que reproduce conductas correspondientes a paradigmas que hace tiempo se han alejado de Dios”. De los catorce puntos del manifiesto, tres se refieren a temas vinculados a la moral sexual, declarando que:

– Afirmamos que el sexo ha sido creado por Dios para la satisfacción del hombre y de la mujer dentro del matrimonio. Vemos con suma preocupación el aumento de embarazos adolescentes. Entendemos que es urgente trabajar en temas de salud reproductiva y procreación responsable mediante acciones efectivas de prevención, educación y contención.
– Entendemos que el avance y la promoción masiva de conductas sexuales no naturales, fundamentadas en la perspectiva de género (homosexualidad, lesbianismo, bisexualidad, transexualidad, travestismo), y el aumento de conductas perversas (por ejemplo, la pornografía infantil, la paidofilia) producen una distorsión en la concepción de la identidad de cada individuo y afectan su integridad moral a la vez que repercuten negativamente en la formación de las generaciones futuras. Por ello, como cristianos, rechazamos esas prácticas a las que la Biblia considera pecado; sin embargo, amamos a todas las personas, tal como Jesús lo mostró con su ejemplo y sus palabras.
– Nos expresamos a favor de la vida. Consideramos persona al individuo a partir de la concepción. Rechazamos el aborto, las prácticas suicidas, la eutanasia y todo aquello que atente contra la vida3.

Sobre la base de estas interpelaciones y antecedentes, hacia 2008 la entonces diputada nacional y evangélica, Cynthia Hotton, comenzó a recorrer iglesias, congresos, festivales y campamentos convocando a la juventud evangélica a participar en su espacio político-religioso “Valores Para Mi País” (VPMP):

¿Por qué estoy ahora delante de ustedes? Porque está avanzando en el Congreso el tema del aborto y nosotros tenemos que defender la vida. (…) Les cuento, yo me llamo Cynthia porque mis papás un día dijeron sí, queremos que nazcas; pero a Ana los papás le dijeron no, no queremos que nazcas, sos un estorbo. ¿Saben una cosa? En Argentina por cada persona que nace, hay una persona que no nace, que la matan antes de nacer. (…) yo estoy dando la pelea en el Congreso de la Nación y por el momento el Señor me ha dado vía libre como para poder batallar. (…) Pero también les digo a ustedes que den este mensaje de vida como jóvenes en la calle a toda la sociedad, en donde puedan, en las escuelas, en las universidades. (…) Oremos para que esto no suceda en la Argentina. Y si un día nos tenemos que movilizar, así, en las calles, ustedes ¡¿me van a acompañar?!4

En lo que sigue, caracterizaré dicho espacio político-religioso y luego, me centraré en la militancia del equipo “juventud” de VPMP, poniendo de relieve las múltiples relaciones y tensiones que se establecieron entre la dirigencia y las bases juveniles.

1 – Las movilizaciones cristiano-juveniles que tuvieron como principal consigna la santidad sexual son: Los Súper Clásicos de la Juventud del Pastor Dante Gebel y las marchas “El que ama, espera” organizadas por la Mega-Iglesia “Cita con la Vida” del Pastor Sergio Belart en Córdoba. En dichas manifestaciones lo habitual es que los jóvenes hagan un “pacto de santidad” que consiste en hacer un “compromiso público” de mantenerse vírgenes hasta el matrimonio.
2 – Véase “Jóvenes ante la falta de modelos”, La Nación, 19-5-2005. Disponible en: http://www.lanacion.com.ar/739995-jovenes-ante-la-falta-de-modelos
3 – Véase “Declaración de valores y principios de la juventud cristiana evangélica”, Aciera, 2005. Disponible en: http://www.aciera.org/declaraciones/manifiestofinal.pdf
4 – Cynthia Hotton, en Festival 12/12, Parque de la Costa. Nota de campo, 22-11-2008.
Mariela Mosqueira marielamosqueira@gmail.com

Doctora en Ciencias Sociales y Socióloga de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Investigadora del CONICET en el Programa Sociedad, Cultura y Religión del CEIL. Especialidad: Sociología de la Religión. Docente de grado en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y docente de posgrado en la Universidad del Salvador. Co-fundadora de la Red Latinoamericana de Estudios sobre Juventudes y Religiones.