En este momento asistimos a un episodio más de la escena política brasileña que, al embestir contra el pacto social acordado en la Constitución Federal, crea factoides de la realidad social cuyas consecuencias serán nefastas sobre la juventud y sus relaciones con la generación de los adultos. La Propuesta de Enmienda Constitucional 171/93, que altera la imputabilidad penal de 18 para 16 años, a ser votada próximamente en el plenario de la Cámara Federal de Brasil, da las espaldas a las evidencias ampliamente mostradas por los sectores competentes de la sociedad organizada de que la reducción de la imputabilidad no cumple el alardeado objetivo al que está destinada. Principalmente, se asiste a la traicionera ruptura del compromiso con el bien público al atropellarse la profunda discusión con la sociedad respecto de una alteración de cláusula pétrea de la Constitución Federal. La juventud brasileña se convierte en eventual rea en el patético tribunal de los equivocados.
En esta edición de DESIDADES les brindamos una contribución a este debate, la entrevista
al Profesor Dijaci David de Oliveira, investigador y profesor de la Universidad
Federal de Goiás, Brasil, que expone, a partir de sus investigaciones y las de otros
investigadores, la falacia acerca de la creencia de que los jóvenes son violentos. Al
contrario, los jóvenes se están muriendo en vez de hacer que otros se mueran: ellos
son las mayores víctimas de la violencia, principalmente los provenientes de clase social
baja y negros. Según el investigador, ¡solo el 2% de la violencia es cometida por
jóvenes de menos de 18 años! Así, inversamente a lo que se propala, contrariamente a
la creencia de que se está al borde de un ataque por un bando de jóvenes peligrosos,
son los jóvenes los que están siendo asesinados con la connivencia de toda la sociedad.
Como presenta el investigador, las “autorizaciones de resistencia” constituyen el dispositivo
jurídico necesario para que el aparato policial brasileño mate jóvenes sin que
haya interrogatorio y depuración de responsabilidades. Son muchos los ejemplos de
que incluso cuando hay pruebas cabales de la ejecución gratuita de jóvenes, nada les
pasa a los policías involucrados. La pregunta que plantea el investigador debería estar
en el centro del debate sobre la reducción de la imputabilidad penal: ¿por qué estamos
convirtiendo a la juventud en “el chivo expiatorio” de nuestros males sociales? ¿Qué
significa este odio social hacia los jóvenes, principalmente los pobres y negros, en Brasil,
como también en muchos otros países de Latinoamérica?
Seguimos esta edición con dos artículos en la sección Temas Sobresalientes: “La curiosidad
en la adopción: ¿terreno pantanoso o cuestión de salud psíquica?”, de la psicoanalista
e investigadora Gina Levinzon, y “Niños, jóvenes y sus familias en el marco de
la epidemia del VIH/SIDA”, de la profesora e investigadora Elizabete Franco Cruz. Gina
Levinzon nos conduce en este terreno cuyas aguas, al parecer pantanosas, pueden
atemorizar tanto a niños adoptivos como as sus padres. Al fin y al cabo, ¿cómo lidiar
con la situación tan delicada y difícil de que el niño adoptivo quiera saber sobre su origen,
sobre sus padres biológicos? ¿Cómo atender a la demanda del niño sobre saber de
dónde ha venido y cómo ha sido adoptado? Al enfrentar los diversos miedos que esta
situación moviliza en los padres y el niño, la autora nos invita a pensar sobre la curiosidad
como elemento de salud psíquica, que se construye a través de la posibilidad
de elaborarse las adversidades inherentes a la vida de cada uno, haciendo del terreno
aparentemente pantanoso el suelo de construcción de una identidad personal.
Elizabete Franco Cruz, en el artículo “Niños, jóvenes y sus familias en el marco de
la epidemia del VIH/SIDA”, presenta el complejo cuadro de dificultades de los niños y
jóvenes que viven con VIH/SIDA: estigma, discriminación, aislamiento, reducidas perspectivas
de vida. Cuando las condiciones socioeconómicas de las familias son adversas,
y/o en el caso de fallecimiento o abandono de los padres, muchos de esos niños y jóvenes
son institucionalizados. Las concepciones normativas sobre el bienestar del niño
y las conductas de las familias no siempre “abren puertas y ventanas”, como señala la
autora, para que el niño pueda lidiar con situación tan adversa. Así, la autora problematiza:
¿quién debe responder en nombre del interés del niño y el joven? ¿La familia?
¿El/la profesional? ¿El gestor de la ley? En situaciones complejas difíciles, se pueden
adoptar soluciones y salidas más factibles, o las que se puedan percibir en ese momento.
Sin embargo, la autora invita al lector a considerar esta situación en sus umbrales,
al llevarnos a cuestionar nuestras verdades, vencer la seducción de la fácil solución y
poder escuchar con paciencia al niño, al joven y a todos los que están involucrados en
la construcción de su bienestar.
Dos reseñas componen esta edición de DESIDADES, una de Victor Muñoz Tamayo sobre
la obra de Oscar Aguilera Ruiz, “Generaciones: movimientos juveniles, políticas de la
identidad y disputas por la visibilidad en el Chile neoliberal”, y otra de Ana Maria Cavaliere
sobre la obra coordinada por Marcelo Baumann Burgos, “La escuela y el mundo
del alumno – Estudios sobre la construcción social del alumno y el rol institucional de
la escuela”. A partir de las dos, se presentan y se discuten aspectos diversos de la
condición juvenil en Latinoamérica. En ambas, está presente el sujeto juvenil enredado
en las prácticas sociales y discursivas que lo constituyen – las de la escuela, las de la
sociedad neoliberal y de consumo –pero también oportunamente inventor de sí, de sus
posibilidades y líneas de fuga. Vale conferir la apreciación de los reseñistas sobre obras
distantes en el espacio, publicadas una en Brasil y otra en Chile, pero convergentes en
sus preocupaciones.
Finalmente, les brindamos, como siempre, a nuestro lector y lectora, el levantamiento
bibliográfico de las obras publicadas en libros, en Latinoamérica, en ciencias sociales y
humanas, en el área de la infancia y juventud. Son 51 obras listadas solo este trimestre.
Vale la pena conferir y aprovechar las buenas oportunidades de lectura.
Lucia Rabello de Castro
Editora Jefe