Frecuentemente las injusticias se disfrazan de trama social, al ser más difícil darse cuenta
de algunas situaciones injustas que claman por cambios en la sociedad. El proceso de
“familiarización” de los niños y jóvenes, término usado para describir la invisibilidad de estos actores en la dinámica social, a no ser desde la óptica de su pertenencia familiar, determina también la “familiarización” de las responsabilidades y de una ética del cuidado en relación a la población de niños y jóvenes. Sería el caso, por ejemplo, de circunscribir las responsabilidades de cuidado a aquellos que concebimos –nuestros hijos e hijas, los descendientes. Los “otros” niños y jóvenes, se piensa así, deben ser responsabilidad de sus propias familias o del Estado. Si el hecho de tener hijos/hijas pudiera constituirse como una decisión individual, venir al mundo significa, de un modo más amplio, formar parte de la comunidad humana, compartiendo con ella una larga historia, al mismo tiempo trágica y azarosa, y un destino. Cada nacimiento, como diría Hanna Arendt, instaura la posibilidad de otro comienzo para toda la humanidad. Siendo así, la nueva generación representa para todos y todas, un verdadero cataclismo de vida y esperanza y, por tanto, tiene sentido preguntar: ¿a quién corresponde el cuidado de los niños y jóvenes más allá de quien los trajo al mundo?
Urge hacer esta pregunta en el presente de las sociedades latinoamericanas, en que un enorme contingente de niños y jóvenes están obligados a sobrevivir y quedarse solos ante la falta de vínculos que concreten la solidaridad intergeneracional más amplia. Urge crear espacios de discusión que problematicen las injusticias que se cometen cuando “familiarizamos” las responsabilidades de cuidados de la nueva generación. El asesinato de Marielle Franco, líder negra, concejala municipal de Río de Janeiro, Brasil, que puso al descubierto el escarnio, la indiferencia y la violencia con que los jóvenes y niños de las favelas son tratados por el aparato del Estado –la policía y otras instituciones, nos interpela a continuar su lucha y su compromiso con los jóvenes y los niños, todos ellos, como nuestros legítimos descendientes.
En esta edición, dos artículos de la sección de Temas sobresalientes invitan a reflexionar
sobre la convocatoria de “desfamiliarizar” la responsabilidad con la generación más joven.
Uno de ellos, “El precio de un almuerzo: sobre la explotación sexual de niños y adolescentes en el sertón de Pajeú pernambucano, Brasil”, trata justamente del vínculo deshumanizador del adulto que usa al niño como objeto de gozo propio, sea a través de la explotación sexual y/o comercial. El otro, “Riesgos y vulnerabilidades: puntos de convergencia en la producción brasileña sobre juventudes”, discute las implicaciones de asociar la vulnerabilidad de los jóvenes con sus condiciones precarias de vida, lo que conduce, frecuentemente, a políticas de represión, exclusión, e incluso, de exterminio, más que a políticas de cuidado. Al final, todos somos vulnerables, siendo esta condición constituyente de la subjetividad humana. La entrevista de esta edición trata de un tema difícil y poco discutido: ¿cuál es la relación entre infancia y dictadura? ¿Cómo los niños vivieron este periodo político en aquellos países en que fue instaurado un estado de excepción? ¿Cómo las relaciones y la solidaridad intergeneracional se modificaron en un momento político en que el odio hacia determinadas personas consideradas terroristas era cultivado, y el régimen político se basaba en un control de la voz, de la libertad y de cualquier disidencia?
Finalmente, presentamos la reseña del libro “Entre la escuela y la casa de oración: infancia, cultura y lenguaje en la formación de profesores indígenas guaraní”, de Domingos Nobre, reseña hecha por Renata Bergo y Renata Prado. En la sección Levantamiento Bibliográfico, están los libros publicados en el área de las ciencias humanas y sociales de los países de América Latina sobre infancia y juventud. El levantamiento contempló obras publicadas en el periodo de diciembre a marzo de 2018, cuyas informaciones pudieron obtenerse en los sites de sus respectivas editoras.
¡Buena lectura para todos!
Lucia Rabello de Castro
Editora Jefe