Reseña por Monique Voltarelli
La perspectiva de los niños sobre la infancia en Chile.
El libro se inscribe en el campo de estudios sociales sobre la infancia como punto de partida para el diálogo sobre la infancia en Chile a partir de la perspectiva de los niños. Considerar la infancia como construcción social y los niños como actores sociales, requiere revisar las transformaciones históricas, culturales y sociales sobre el papel de los niños en el interior de las familias y de las instituciones, considerando las relaciones de poder y control como elementos a ser analizados.
Según apuntan las autoras, el campo de estudios sociales de la infancia estableció, al final de la década de 1980, nuevas formas de realizarse las investigaciones científicas sobre los niños y la infancia, instituyendo un “nuevo” paradigma1. Ese abordaje resalta el derecho de estudiar estas temáticas con los propios niños, considerando sus puntos de vista y buscando avanzar en metodologías para escucharlos a través de sus diversos lenguajes, trayendo visibilidad y valorizando sus voces en el medio científico y social.
Este movimiento en busca de la comprensión del papel de los niños y de la infancia en el mundo contemporáneo se inicia con las producciones europeas y norteamericanas, que han influenciado significativamente la realización de investigaciones científicas en los países suramericanos, los que vienen estructurando caminos para las producciones y teorizaciones de la infancia en el hemisferio sur (Voltarelli, 2017).
Según Moss (2011, p. 4), es necesario prestar más atención a las construcciones de la infancia y localizar los estudios y los análisis de las sociedades en que viven los niños para comprender lo que significa vivir la infancia en cada una de ellas. En otras palabras, el autor afirma que “precisamos explorar la relación entre la infancia y el espacio histórico y contextual que vive cada niño”.
La gran diversidad de América Latina, con sus diversos países y diversas historias, está sumida en una variedad de contextos en que se mezclan lenguas, trayectorias políticas, económicas, sociales y composiciones étnicas que afectan la vida de los niños. Esta característica, ciertamente, ha exigido un esfuerzo de los investigadores que enfocan a los niños como agentes sociales y como productores de cultura, considerando la comprensión de estos conceptos dentro de una compleja y diversa realidad sociocultural.
Es en esta perspectiva que se inscribe la obra “Ser niño en Chile hoy”, de las autoras Ibarra y Vergara del Solar, en la cual retratan las transformaciones de la pos-dictadura y la legitimidad del pos-neoliberalismo en Chile como influencias significativas para el sistema educativo, lo que se refleja en la hiper-escolarización y productivización del tiempo de la infancia, enclaustrando a los niños e invisibilizándolos cada vez más.
Las autoras señalan que la visión de incompletitud relacionada a los niños, reforzó los comportamientos paternalistas y proteccionistas por parte de los adultos, lo que hace más difícil que sea legitimada la participación de los niños en los diversos ámbitos sociales en que están inmersos. Mientras, la investigación realizada con niños y niñas de Chile demostró, a partir de sus discursos sociales, elementos que superan la percepción históricamente construida sobre la incapacidad y fragilidad de los niños.
El libro expone las transformaciones más significativas que han venido aconteciendo en Chile en relación a la infancia, profundiza la discusión sobre la investigación del discurso de los niños y presenta resultados sobre las relaciones generacionales (padres/hijos(as)), así como los espacios que modifican e interfieren en la experiencia de la infancia.
Al estudiar la manera como los niños de diferentes clases sociales están comprendiendo la infancia, las autoras señalan cómo las desigualdades económicas de la sociedad chilena impactan la vida cotidiana de las diferentes generaciones. En otras palabras, al comprender la infancia como categoría generacional en la estructura social, al lado de la adultez o la vejez, Ibarra y Vergara del Solar reflexionan sobre cómo el neoliberalismo atraviesa a las generaciones y se instaura en los discursos de los niños.
El estudio asume un enfoque relacional al considerar que las relaciones entre adultos y niños se desarrollan tanto en sus dimensiones macro como microsociales. Se destaca que la investigación fue hecha con niños de diversos estratos económicos (medio alto, medio y bajo) en una etapa etaria entre diez y once años, entre el periodo de 2010 a 2014, y fueron seleccionados a partir de escuelas mixtas y laicas de tres barrios distintos en la ciudad de Santiago, Chile.
El proceso metodológico comprendió en un primer momento, entrevistas grupales de carácter no directivo y, posteriormente, fueron realizadas entrevistas semiestructuradas, con el fin de esclarecer algunos significados de las conversaciones de los niños y profundizar en la comprensión de los contextos de uso de los términos empleados por ellos. En la segunda etapa, los niños fueron subdivididos por género, para que pudiesen ser analizadas posibles diferencias entre los discursos de las niñas y de los niños. Los datos fueron interpretados a partir del análisis crítico del discurso para que pudiesen ser comprendidas las relaciones intergeneracionales y la percepción sobre la infancia y la adultez en la perspectiva de los niños.
Como parte de una reflexión sobre la elección metodológica, las autoras apuntan que esta ha sido fruto de estudios sobre el campo de los estudios sociales de la infancia, o “los nuevos estudios sociales de la infancia”2, campo en el cual se han investigado modos para producir conocimiento a partir de la perspectiva de los niños, considerando sus especificidades y singularidades. Sobre este aspecto, las autoras destacan la importancia de considerar las diversas estrategias participantes en la investigación científica, las dificultades para la realización de la investigación, el ejercicio de salir del paradigma adultocéntrico, que siempre desconsideró a los niños como interlocutores válidos (Vergara et al., 2015), y la búsqueda de la participación de los niños también en la organización y producción de los conocimientos.
Así, una de las grandes contribuciones del libro se refiere a la investigación de los discursos de los niños, lo que implica cuestionar “los modos como ellos articulan la posición de sujeto niño, pero también, cómo ellos vinculan esas posiciones con otras personas”. En palabras de las autoras, las reflexiones estuvieron encaminadas, por un lado, a “explorar formas de investigación no directivas, flexibles y abiertas, con el fin de restringir lo menos posible el espacio de expresión y los universos de significación de los niños” y, por otro, a “pensar en la posición del investigador como un aprendiz del mundo de la infancia, posibilitando la apertura a la competencia moral, social y lingüística de los niños” (Ibarra; Vergara-del Solar, 2017, p. 33-34) con la intención de ampliar espacios y herramientas para que los niños se expresen.
Cabe resaltar que el aspecto ético en la investigación con los niños fue respetado, y las investigadoras trabajaron sólo con los que estaban interesados en participar de la investigación, así como solicitaron la autorización de los padres y/o adultos responsables.
El proceso de análisis de los datos implicó la transcripción del discurso literal de los niños en dos fases: preliminar y final. La primera fase indagó sobre cómo los niños comprendían la infancia como noción abstracta; los niños como sujetos concretos; la adultez como noción abstracta; los adultos como sujetos concretos y las relaciones entre adultos y niños. La segunda fase consistió en analizar el material de forma integrada, localizando los aspectos comunes y divergentes en los discursos de los niños. También se consideraron las categorías de clase social y género atravesando los aspectos investigados y vinculándolos a la discusión teórica sobre la construcción de la infancia.
La perspectiva teórica estuvo referida al reconocimiento y la valorización social de la infancia a partir de la legitimación de la participación y de la competencia de los niños, considerando las particularidades de los contextos latinoamericanos y las trayectorias de los niños de estratos socioeconómicos diversos. A través de esta perspectiva se destaca cómo las transiciones políticas influyeron en la comprensión del papel de los niños en la sociedad, los cuáles transitaron por ser concebidos según el enfoque estatal jurídico tutelar de “situación irregular”, luego según el enfoque de la protección integral y actualmente son comprendidos como sujetos de derecho.
Esa reorientación política, que está siempre en transformación, junto con las modificaciones en la legislación sobre la infancia en América Latina, trajo como resultado reformas educacionales e iniciativas para considerar la “visibilidad de los niños en los espacios públicos y privados” (Mieles; Acosta, 2012, p. 215). Mientras, las autoras llaman la atención sobre el hecho de que las prácticas institucionales relacionadas con la promoción de la participación aún permanecen vinculadas a un punto de vista adultocéntrico y a las relaciones de poder establecidas entre las generaciones, lo que se configura como impedimento para el tratamiento igualitario entre los niños y los adolescentes.
Además de eso, existen dos factores relacionados con la infancia en Chile que deben ser considerados, el primero está referido a la escolarización de la infancia, que ha sido una tendencia frecuente en el país, por medio del aumento de jornadas escolares y deberes enviados para la casa, y que, “acompañada de la creciente privatización de la vida cotidiana, ha reducido los tiempos de ocio y transformado sustancialmente los espacios de jugar, principalmente en las grandes ciudades” (Ibarra; Vergara-del Solar, 2017, p. 23). El segundo se refiere a las transformaciones en la relación entre padres e hijos como un espacio que forma parte de la infancia contemporánea y que muestra las tensiones, concepciones y prácticas en la organización familiar. Por parte de los niños hay que tomar en cuenta el cuestionamiento de los “principios de legitimidad de la autoridad adulta” (Gallo, 2010), así como las diferencias en la relación al considerarse el factor género.
Entre las pistas que el libro ofrece para comprender la perspectiva de los niños sobre la infancia, están aspectos como: a) el valor del juego como experiencia de libertad y felicidad; b) la infancia como momento intemporal; c) la escuela como trabajo en oposición al juego y como pérdida de la condición infantil; d) la infancia como dolor o como memoria del dolor.
Las autoras también retratan cómo la (re)configuración familiar chilena ha cambiado las relaciones intergeneracionales, una vez que la diversificación, las formas de organización familiar, el divorcio, las dificultades económicas y las jornadas de trabajo se conforman como elementos que modifican el tiempo, los espacios y los roles de niños y adultos. Estos elementos han demandado una autoridad relacional más democrática, basada en la autonomía y la interdependencia entre los miembros de la familia.
Los niños configuran sus discursos en un “marco de fuerzas estructurales (políticas, económicas y jurídicas) determinado, a partir de imperativos culturales y morales respecto a la infancia y la paternidad” (Ibarra; Vergara-del Solar, 2017, p. 136).
La percepción de los niños sobre la adultez apunta hacia factores como: las desigualdades de género en la distribución de tareas domésticas; las relaciones jerárquicas y autoritarias; el peso de la responsabilidad financiera; la percepción y valorización de acciones como cuidado y educación; y, la sobrecarga de trabajo de las madres, temas que son profundizados en la discusión del libro. De estos factores, también se derivan indicativos sobre la condición adulta, y las autoras informan sobre este modo de percibir la adultez en la siguiente frase: “la adultez implica, sobre todo, coerción, subordinación y sobrecarga (…) y con el paso del tiempo se es menos libre y feliz. En este sentido crecer es un retroceso” (p. 79).
De esta forma, se percibe que los discursos de los niños abordan perspectivas negativas de la escuela, del trabajo asalariado, del trabajo doméstico y de cuidado a partir de lo que vivencian y observan en las experiencias cotidianas con sus familias. Como resaltan las autoras, estas formas de concebir la infancia y la adultez deben ser entendidas a partir de los procesos neoliberales en auge en la sociedad chilena, que terminan impactando cotidianamente la vida de los niños.
Considerar niños y niñas como agentes sociales, protagonistas de sus vidas, exige releer las concepciones sobre niños e infancia, así como la comprensión sobre las relaciones generacionales, ejercicio teórico-metodológico que la obra se propuso realizar. Conforme indican las autoras, el desafío está en la construcción de contextos institucionales que no prioricen la autoridad y el poder vertical de los adultos sobre los niños, sino que desarrolle un trabajo de escucha, negociaciones, a fin de comprender la interdependencia en las relaciones entre generaciones.
La obra es una invitación para que repensemos esos aspectos, más allá de colocarse como un estudio pionero en el país, a partir de un punto de vista político, reflexivo, a favor de las transformaciones sociales que consideren a los niños como sujetos de derechos.
2 – Término utilizado por las autoras para referirse al campo de los estudios sociales de la infancia. Este campo es considerado interdisciplinar, se inició con las contribuciones de la sociología de la infancia, la cual inauguró un nuevo paradigma en los estudios de los niños y de la infancia, y demandó la articulación de un campo mayor de disciplinas, no solo de la sociología, sino también de otras disciplinas dedicadas al estudio de la infancia, como la antropología de la infancia, la psicología crítica, la educación, la geografía de la infancia, la historia de la infancia, entre otras. El campo también es conocido por “Estudios de la Infancia”, “Estudios sociales de la infancia” y Childhood Studies.
Referencias bibliográficas
GALLO, P. Mutaciones en las relaciones de autoridad parental y escolar: Un apunte sobre la ‘crisis’ de la autoridad en la escuela (Provincia de Buenos Aires-Argentina, 1940-1980). Cuadernos Interculturales, v. 8, n. 14, p. 55-72, 2010.
IBARRA, P. C.; VERGARA-DEL SOLAR, A. Ser niño y niña en el Chile de hoy: la perspectiva de sus protagonistas acerca de la infancia, la adultez y las relaciones entre padres e hijos. Santiago: CeiboEdiciones, 2017.
JAMES, A.; PROUT, A. Constructing and Reconstructing Childhood. Contemporary issues in the Sociological Study of Childhood. London: Routledge Falmer, 1990.
MIELES, M. D.; ACOSTA, A. Calidad de vida y derechos de la infancia: Un desafío presente. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, v. 10, n. 1, p. 205-217, 2012.
MOSS, P. Beyond Early Childhood Education and Care. Early Childhood Education and Care. Stockholm, 2011.
VERGARA, A.; PEÑA, M.; CHÁVEZ, P.; VERGARA, E. Los niños como sujetos sociales: El aporte de los Nuevos Estudios Sociales de la infancia y el Análisis Crítico del Discurso. Psicoperspectivas, v. 14, n. 1, p. 55-65, 2015.
VOLTARELLI, M. A. Estudos da infância na América do Sul: pesquisa e produção na perspectiva da sociologia da infância. 2017. Tese (Doutorado em Educação) – Faculdade de Educação, Universidade de São Paulo, São Paulo, 2017.
Palabras clave: infancia chilena, relaciones intergeneracionales, investigación con niños.
Fecha de recepción: 18/09/2018
Fecha de aceptación: 25/09/2018