Reseña por Gabriela Magistris
La infancia en y desde América Latina. Producción, instituciones y políticas de infancia.
Si hay una nota distintiva de América Latina, es constituirse en el continente desigual por excelencia. En efecto, cuando reflexionamos sobre la cuestión social atinente a esta región, no resulta plausible hacerlo sin mencionar su inmersión en un contexto de potentes y persistentes desigualdades sociales, culturales, económicas y étnicas; desigualdades que se conectan y entrecruzan unas con otras, atravesando distintos clivajes: la clase social, la edad, el género, la etnia. “Pensar la infancia” implica, de hecho, no sólo comprender las condiciones de existencia y las significaciones sobre la infancia, sino iluminar al mismo tiempo, la lectura sobre los procesos sociales más generales. Producir reflexiones analíticas sobre la infancia conlleva, de esta manera, no sólo un análisis sobre como emergen, se producen y reproducen las jerarquías sociales al interior de esa categoría social, sino de qué modo se constituyen en los principales vectores de diferenciación social (Milanich, 2009). El clivaje etario se transforma así no en un eje más a tener en cuenta, sino en un atravesamiento sin el cual devendrá inocua la comprensión, con cierta complejidad, del carácter de nuestras sociedades contemporáneas.
El presente libro es el resultado de un trabajo colectivo y mancomunado de una red de personas e instituciones vinculadas al Grupo de Trabajo de Clacso (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales) denominado “Juventudes Infancias, Políticas, Culturas e Instituciones Sociales en América Latina y el Caribe1”.
El trabajo logra reunir diversos artículos de investigadores de la región que han desplegado un enorme esfuerzo de reflexión y análisis respecto de la conformación de los estudios de infancia en (y desde) Latinoamérica en la actualidad. No se trata de textos deshilvanados unos de otros, o incomunicados entre sí, sino que se advierte un trazado de ejes articuladores vinculados con los contextos, modos de producción, instituciones y políticas de la infancia en América Latina. Por el contrario, constituye un invaluable aporte a la literatura regional sobre la cuestión social infantil, al posibilitar una perspectiva socio-histórica, crítica y contemporánea en este continente, por cierto escasa, tomando los aportes de los estudios e investigaciones precedentes2 y haciendo foco en algunos puntos neurálgicos que constituyen el núcleo de las problemáticas sociales, vinculadas directa o indirectamente a la infancia.
Por todo ello, este libro constituye un aporte significativo para la consolidación del campo de estudios de infancia en América Latina, brindando una visión actualizada y heterogénea de las investigaciones sobre infancia, en el marco de una fuerte apuesta al diálogo interdisciplinario y pluralista, haciendo dialogar múltiples enfoques y perspectivas, tanto teóricas como metodológicas. Asimismo, logra confluir artículos que consolidan el conocimiento académico pero también abonan al objetivo de transformación social, desde una perspectiva situada, crítica y reflexiva.
Se trata de un equipo de trabajo que reconoce su antecedente en el Grupo de Trabajo “Juventudes y Prácticas Políticas”, grupo que se fue ampliando y consolidando con investigadores de la región que focalizaban su mirada en las infancias de nuestro continente, hasta llegar al año 2013 a conformar un grupo que involucraba ambas preocupaciones, tanto las juventudes como las infancias.
1- Se trata de un equipo de trabajo que reconoce su antecedente en el Grupo de Trabajo “Juventudes y Prácticas Políticas”, grupo que se fue ampliando y consolidando con investigadores de la región que focalizaban su mirada en las infancias de nuestro continente, hasta llegar al año 2013 a conformar un grupo que involucraba ambas preocupaciones, tanto las juventudes como las infancias.
2 – Los estudios de corte sociohistóricos, de mediano o largo plazo, respecto de la infancia en América Latina no abundan. Es posible encontrar estudios centrados en la vida privada y las familias, las políticas sociales o la historia de la educación (Por ejemplo, vale mencionarse los trabajos de Rodríguez, 2004; Llvovich y Suriano, 2006; Cicerchia, Devoto y Madero, 1999), pero en todos esos casos, se toma a los niños no como actores centrales, sino como marginales y/o accesorios al tema que se investiga. Asimismo, resulta más difícil aún encontrar estudios de corte regional sobre la temática, tanto en la producción local como en la lectura que desde los contextos angloparlantes se realizan de los estudios latinoamericanos. De todos modos, vale la pena mencionar algunas excepciones, que de alguna manera resultan antecedentes de esta investigación y publicación colectiva: Potthast y Carrera, 2005; Rodríguez y Mannarelli, 2007; Hecht, 2002; Guy, 2002; Jackson y Sosenski, 2012; IFEJANT, 2003.