Escuela de Inclusión de la UFF

Todos los niños y niñas en la escuela regular: políticas de inclusión

Lucia Lehmann: Está usted observando que hay alumnos especiales que son autistas, alumnos que son superdotados…

Cristina Delou: Efectivamente. Este fue el gran cambio. En la LDB de 1996, aparece la categoría “necesidades especiales”. Los alumnos superdotados son citados en el artículo 59, cuando se aborda la preparación para el trabajo. Y ahora, en la revisión de 2013, esta expresión “necesidades especiales” fue sustituida por las tres categorías: deficiencias, trastornos generalizados del desarrollo y altas capacidades/superdotación.

Lucia Lehmann: ¿Esta inclusión, esta sustitución de los términos y esta política de inclusión han traído problemas para la escuela? ¿La escuela está preparada para lidiar con eso?

Cristina Delou: Inicialmente, hubo un extrañamiento cultural, porque no formaba parte de la experiencia escolar atender a los alumnos especiales. Han pasado 24 años desde que se instituyó el derecho de educación para todos, literalmente. Este tempo es suficiente para hacer una crítica racional, porque el apoyo material, financiero y económico no acompañó el tiempo de crecimiento y de vida de los niños, que, en 24 años, forman una generación. Quien ingresó a la escuela en 1996, por medio de una matrícula de inclusión, ya cumplió o está cerca de cumplir 30 años, y ¿qué pasó con la vida de esta persona? Lo que pasó es que forma parte de la historia de la formación tanto de los profesores como de los políticos, de los que van a ser gestores escolares, secretarios de educación, ministros, la misma historia de omisión hacia las personas especiales, porque tampoco convivieron con los especiales en las escuelas. Cuando las personas especiales pasan a formar parte del público objetivo de la educación, la formación de profesores no se apropia de este movimiento inmediatamente.
Hoy, cuando vemos a grupos de profesores que lidian con la diversidad, todavía hay un extrañamiento. Algunos de los profesores que están en la escuela se formaron en épocas en las que el contenido no era universal para todos, en las que no había inclusión. Todavía hay un movimiento de resistencia dentro de la escuela. Por un lado, vemos a los profesores de las demás asignaturas interesándose por la elaboración de materiales didácticos accesibles a los especiales, pero muchas veces no vemos interés por parte de los de Pedagogía. Hay una crítica a la inclusión de los especiales en las escuelas regulares, para después reflexionar sobre el derecho humano a la educación, este derecho humano es para cualquiera. Todavía estamos en una fase de formación de consciencia y de profesionales para lidiar con la inclusión. Y entonces, es grave decirlo: el nivel de consciencia acerca de la necesidad de inclusión no alcanza a todos. Todavía tenemos sectores sociales que creen que es un desperdicio llevar un niño en silla de ruedas, que no habla, que babea, y entregarle una tablet en una escuela pública, porque él no va a tener condiciones de escolarizarse. Sin embargo, cuando uno descubre que la tablet es una herramienta de inclusión y que el niño puede comunicarse a través de la tablet, es una sorpresa general. Cuando uno descubre que este alumno es una persona de alta inteligencia, la perplejidad es todavía mayor, porque entonces se ve el desperdicio.

Lucia Lehmann: Nos está diciendo que la inclusión de estos alumnos crea cierta reacción por el desconocimiento y falta de preparación tanto de la escuela, en algunos momentos, como del público y la familia que frecuenta la escuela…

Cristina Delou: De todo el público. A la familia le parece raro lo que aquel alumno está haciendo en la escuela regular. Conozco el caso de un alumno con trastorno generalizado del desarrollo, o un trastorno del espectro autista, en edad escolar, que, según recomendación de la Secretaría de Salud, para prevenir accidentes, debía frecuentar la escuela llevando un casco. Inicialmente, lo que se pensó fue: él no va a aceptar el objeto extraño en la cabeza, va a reaccionar. Pero él aceptó el casco, le gusta el casco. ¿Y a quién le parece raro el casco? A la comunidad escolar. ¿Quién produce la exclusión del alumno porque lleva casco? La comunidad escolar. Incluso cuando se aclara que es para evitar un traumatismo craniano, porque, cuando aumenta su dificultad de comunicación, como no habla, golpea la cabeza contra la pared, a la comunidad escolar le parece raro que haya un niño en la escuela que lleve casco.

Lucia Lehmann: ¿Considera que las políticas públicas con relación a esos niños especiales han sido efectivas?

Cristina Delou: Puede parecer raro, como profesora universitaria, lo que voy a decir. Las políticas públicas de inclusión son profundamente democráticas y progresistas, porque provocan un avance de la humanidad, en el sentimiento de humanidad. Porque cuando pasamos a convivir con esas personas, descubrimos que ellas tienen una fuerza superior para superar las dificultades y los desafíos sociales, y que muchas veces nosotros no nos vemos capaces de enfrentar los desafíos con aquel valor. Sin embargo, la fuerza social es muy grande, la impunidad. Porque la LDB es una ley educativa, no una ley penal, ella no penaliza a quien no la ejecuta, a quien no la practica. Incluso para quien niega matrícula a un alumno sordo en una escuela, alegando que no hay profesor de libras2, no hay penalidades, no hay una reacción del Ministerio, de la Secretaría. El Ministerio Público tarda mucho en reaccionar y el Consejo Tutelar no toma conocimiento. Entonces todavía existen muchos niños fuera de la escuela, porque la escuela dice: aquí no hay profesora de libras, no puedo matricularlo. En la escuela privada es todavía peor, están muy tranquilos, no hay penalidades. El tiempo hasta el cambio cultural es muy largo.

2 – Libras- Lengua Brasileña de Señas.
Cristina Maria Carvalho Delou cristinadelou@id.uff.br
Cristina Maria Carvalho Delou. Profesora Asociada de la Universidad Federal Fluminense. Psicóloga. Doctora en Educación. Coordinadora del Curso de Maestría Profesional Diversidad e Inclusión y del Curso de Posgrado Lato-Sensu en Educación Especial e Inclusiva de la UFF.
Lucia de Mello e Souza Lehmann lehmannlucia@gmail.com
Lucia de Mello e Souza Lehmann. Profesora Adjunta de la Universidad Federal Fluminense en la Facultad de Educación y en el Curso de Maestría Profesional Diversidad e Inclusión. Editora Asociada de DESidades.