Cristina Delou: No. Los media solo utilizan la imagen del especial cuando van a sacarle partido. Algún programa social, algún beneficio paralelo, pero no hay ningún interés en ofrecer esclarecimiento. Los media tampoco se enfocan en los niños y jóvenes con necesidades especiales en el sentido de hacer una programación y comunicación direccionada a ellos, porque, para eso, tendrán que adecuarse, adaptarse. ¿Cómo? Los canales de televisión tendrían que hacer audiodescripción, adaptaciones en la emisión, en las formas de comunicación, para alcanzar a los diferentes tipos de necesidades especiales. Todo eso demanda equipamientos y profesionales especializados. Tendrían que tener, por ejemplo, una innumerable cantidad de intérpretes de libras para todo tipo de programación. Y es difícil disponer siempre de un profesional de libras. ¿Cómo será el vínculo de este intérprete y su formación? Casi no tenemos cursos de formación en libras, los cursos están empezando a surgir ahora. El MEC está evaluando a las personas a través del Prolibras7 a nivel de enseñanza media y enseñanza superior. Las personas que saben libras la aprendieron muchas veces en las iglesias, en las prácticas religiosas. Eso es muy grave y, al mismo tiempo, un obstáculo desde el punto de vista de los media, que no tienen los recursos compatibles.
Cristina Delou: Incluso en los canales estatales. Estos tienen a una persona que habla libras, pero no tienen audiodescripción, entonces los ciegos no están incluidos.
Cristina Delou: Es cautivar a las personas que todavía no conocen el ambiente de las políticas de inclusión. Es acoger a las personas que están espontáneamente interesadas en esas políticas de inclusión, dándoles el conocimiento necesario y posible. Ayudar a que las personas sepan dónde pueden buscar más formación para actuar en esa área, mostrando que el cambio social depende mucho de nuestro rol social. El que llega a la escuela va a encontrar un ambiente de resistencia y tiene un rol que desarrollar allí. Esta persona tiene dos opciones. Una es adherir al movimiento de resistencia que existe en la escuela. Nadie necesita decir que el profesor gana poco, que las condiciones materiales de trabajo son inadecuadas, que falta todo dentro de las escuelas. Pero podemos hacer la opción de ser aquella persona que va a realizar los proyectos, que va a construir las condiciones, porque las políticas existen, el dinero existe.
Cristina Delou: No. Tanto que no hay penalidades para los que no las cumplen. Entonces, el que tenga ganas de hacer un proyecto, que lo haga, que traiga el dinero para su escuela, que quite el dinero del camino de la corrupción, porque este es nuestro drama actual. No se utiliza el dinero en la inclusión, no se utiliza en la educación, ¡lo van a utilizar en la corrupción! Entonces, hagamos nuestra parte. Los jóvenes están sensibles y atentos, pero me están sorprendiendo muchas personas de mediana edad, que recién han descubierto qué es una política de inclusión y que llegan con muchas ganas de trabajar. Y son ellas las que van a enfrentar la resistencia de la escuela. La escuela, como equipamiento social, es muy fuerte. Enfrentar esta fuerza, esta resistencia, mostrar con trabajo que el niño aprende a su ritmo, a su modo, eso es de un inmenso valor social, de un inmenso valor humanitario. Y este es nuestro rol, porque hoy son esas familias las que necesitan apoyo y mañana no sabemos si somos nosotros los que lo vamos a necesitar. La historia da muchas vueltas, la vida da muchas vueltas. Los que rechazan, no valoran o no le dan importancia a eso hoy, pueden necesitarlo mañana. Es necesario pensar en eso. Es la ley de la física, ley de causa y efecto. Tengamos conciencia de que hoy es aquella persona la que tiene una situación que necesita atención especial. ¡No sé si mañana seré yo!
Palabras-clave: niños, niñas, escuela, políticas de inclusión, LDB