Reseña por Diana Dadoorian.
Psicoanálisis, adolescencia y salud mental: un diálogo posible.
En las últimas décadas, el campo de las psicopatologías viene otorgando mayor visibilidad a las cuestiones de la adolescencia, en el caso en que las dificultades de los adolescentes son consideradas problemas de salud pública. Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) apuntan que hasta el año 2020 los trastornos neuro-psiquiátricos en la infancia y en la adolescencia tenderán a crecer en todo el mundo por encima del 50%, convirtiéndose en una de las cinco causas más comunes de dolencia y enfermedad en esa etapa etaria (Saggese, Oliveira, Teixeira, 2013).
Ante ese panorama, “Juventude e saúde mental” (“Juventud y salud mental”) se destaca por traer a colación cuestiones actuales a través de las cuales se aborda la delicada articulación entre adolescencia y salud mental. La obra hace contribuciones problematizando las concepciones tradicionales sobre este tema y nos coloca ante el desafío de pensar otros paradigmas en torno a la relación entre juventud y salud mental en la contemporaneidad. De esta forma, se nos brinda la reflexión sobre una clínica con adolescentes, marcada por una mirada compleja, transdisciplinaria y, sobre todo, ética, pues se refiere a la política de un hacer clínico que toma en cuenta el deseo, a partir del cual las características del proceso de adolecer pueden ser puestas en escena.
El grupo de actores reunidos en esta obra nos ofrece una interlocución marcada por la excelente calificación que poseen en sus áreas de trabajo, con una importante trayectoria profesional y científica en el campo de la salud mental con adolescentes. Cabe resaltar la claridad de la escritura de los textos presentados.
“Juventude e saúde mental” (“Juventud y salud mental”) reúne artículos producidos en dos contextos diferentes. El primero se refiere al seminario “La clínica con adolescentes en la red de salud mental”, realizado en Niterói en abril del 2013 y que contó con la participación de profesionales de la red “niteroiense”1 y del Programa Ambulatorio para Adolescentes en Riesgo (Proadolescer), grupo de investigación y asistencia del IPUB/UFRJ (Instituto de Psiquiatría de la Universidade Federal do Rio de Janeiro), que, durante tres años, desarrolló una investigación-acción junto a esa red. El segundo se refiere al “I Simposio Brasil/Mozambique de Salud Mental de Adolescentes”, realizado en Maputo en mayo del 2013, con la participación de Proadolescer y de la Asociación de Psicólogos de Mozambique. En esos dos encuentros, las cuestiones exploradas y que nos son presentadas en esta obra, tienen como hilo conductor dos importantes interrogantes: ¿Existe una clínica específica con adolescentes? Y, ¿cuáles serían sus características?
Sagesse (2015a) desarrolla dos puntos centrales de la obra: la relación entre juventud y salud mental y la especificidad de la clínica con adolescentes. En relación con el primer punto, este autor destaca el desafío de ser adolescente en el mundo pos-tradicional, donde la adolescencia aparece como un período de indefinición, en contraste con las sociedades tradicionales, que ofrecían ritos de pasaje que auxiliaban al adolescente a ingresar al mundo adulto. Proceso este que se desarrolla en un mundo en que, como dice Giddens, “oportunidad y peligro están equilibrados en igual medida” (Saggese, 2015a, p. 10). Saggese (Ibid.) considera que esas son las bases para pensarse la articulación entre juventud y salud mental.
A partir de esas reflexiones, se desarrolla la cuestión de la especificidad de la clínica con adolescentes. Vivimos actualmente una situación de psiquiatrización de la vida, lo que se expresa en el creciente aumento de los códigos clasificatorios de los trastornos mentales (Saggese, Oliveira, Teixeira, 2013). Tales cuestiones se reflejan directamente en la clínica, pues, como describe Saggese (2015a, 2015b), el momento actual es de preponderancia de la psiquiatría biomédica, la cual prioriza las intervenciones estrictamente médicas, las terapias basadas en fármacos y las internaciones hospitalarias supuestamente eficaces, en detrimento de una mirada más amplia del campo de la salud mental, que incluya una visión del síntoma como resultado de un conflicto psíquico. En ese sentido, el autor nos desafía a pensar un “límite” para la actuación psiquiátrica en la clínica de la adolescencia.
“Existe un dolor inmenso en el proceso de adolecer, proceso que no puede ser eliminado por psicofármacos” (Saggese, 2015a, p.10). Saggese (2015b) complementa esa idea diciendo que “la adolescencia, en cuanto fenómeno sociocultural, no puede ser tratada como una patología. Lo que no es lo mismo que decir que no existe fenómeno francamente patológico en la adolescencia” (p. 21).
La especificidad de la clínica con adolescentes es entonces desarrollada en su complejidad, lo que lleva a Saggese (2015b) a desdoblarla en tres aspectos principales: la clínica psiquiátrica, la clínica de la familia y la clínica psicoanalítica. Este abordaje ejemplifica la propuesta de Proadolescer del IPUB/UFRJ, que desarrolló una “estrategia de atención a los adolescentes con formas graves de padecimiento psíquico, reuniendo un conjunto de cuidados que incluyen el psicoanálisis, la psicofarmacoterapia, la terapia de familia, acciones de rehabilitación y acciones sociales” (Saggese, 2013, p. 8). La originalidad de este enfoque está en el hecho de que esas intervenciones son ejecutadas de forma integrada, con el objetivo de evitarse la entrada del joven en un proceso de cronicidad y de aislamiento social, comprometiendo su futuro (Ibid.).
En realidad, la propuesta del trabajo de Proadolescer, esto es, “convidar al sujeto a hablar de aquello que le produce malestar en lugar de encubrir el síntoma” (Saggese, 2015a, p. 14), es ampliamente desarrollada por todos los autores de esta obra y aparece como el punto de partida para el entendimiento y la construcción de proyectos terapéuticos con los adolescentes, tanto en el trabajo en ambulatorio, como en la emergencia y en la internación psiquiátrica, en el Centro de Atención Psicosocial de la Infancia y la Adolescencia (CAPSi), o incluso en los talleres terapéuticos.
“Juventude e saúde mental” (“Juventud y salud mental”) nos coloca así ante una cuestión de actualidad: la importancia de realizar cambios en la clínica tradicional, a través de una apertura al psicoanálisis en diálogo con la psiquiatría, apertura esta que se encuentra debilitada actualmente. Por lo tanto, las reflexiones y cuestionamientos teórico-clínicos presentados en los diversos trabajos relatados a lo largo del libro, nos muestran que esta colaboración entre el psicoanálisis y otros saberes es algo posible, pues promueve transformaciones significativas en la vida de los jóvenes atendidos.
La noción de clínica también trae consigo otra cuestión, pues con la introducción del concepto de “red de salud mental”, ella se mezcla con acciones de naturaleza administrativa y política. El punto sensible en este caso es el riesgo, en determinadas situaciones, de que el peso de determinadas acciones político-administrativas lleve a la clínica a perder su importancia (Saggese, 2015b). El concepto de “red” que nos es presentado en esta obra asocia las políticas públicas al cuidar, pues como nos relatan Thimoteo y Barbosa (2015), “creemos importante participar de la red como un lugar que acoge…y cuida para que las internaciones acontezcan en los lugares apropiados en cada caso, sin responder solo a las exigencias que las urgencias nos presentan” (p. 52). Solberg (2015) agrega que red también es aquella creada entre profesionales, que comparten la responsabilidad de hablar, así como de oír, cuando se discute un caso clínico.
El psicoanálisis, en su articulación con la psiquiatría, la terapia de familia y otras áreas del saber es, entonces, el instrumento de lectura por excelencia de una práctica clínica compleja y singular, como será demostrado en los demás capítulos de esta obra, en donde serán exploradas situaciones específicas a las que la clínica con adolescentes nos convoca, cuyo punto central es crear condiciones para escuchar y cuidar del adolescente y de su familia.
En “Juventude e saúde mental” (“Juventud y salud mental”), el capítulo firmado por Oliveira y Ferraz ahonda el debate inicial sobre las cuestiones que particularizan la clínica con adolescentes y discurre sobre tres aspectos centrales: el manejo transferencial del adolescente, la evolución de su tratamiento y la demanda de los padres.
Los impases en la práctica psiquiátrica con adolescentes es un tema desarrollado en esta obra en el capítulo de autoría de Milo, en donde el desafío del diagnóstico en la adolescencia se presenta asociado a las particularidades del proceso de adolecer, en que el tiempo es un factor preponderante. Seguidamente, en este mismo libro, el capítulo escrito por Timotheo y Barbosa describe sus experiencias con relación a la atención al adolescente en situaciones de emergencia psiquiátrica, tema que es ampliado en el capítulo a cargo de Oliveira, que aborda la cuestión de la internación psiquiátrica de adolescentes, en donde esas cuestiones se articulan a una política de salud mental que prioriza el trabajo en red.
En “Juventude e saúde mental” (“Juventud y salud mental”), el artículo de Solberg, así como el artículo de Teixeira y Alves, nos hablan de la importancia de abrirse un espacio de escucha a los pacientes adolescentes en la red de salud mental, en que esa escucha alcance no solo al individuo, sino también su contexto socio-familiar, lo que amplía las posibilidades de intervención, provocando una disminución de muchas demandas de psiquiatrización. En ese sentido, el capítulo escrito por Weck en esta misma obra, describe los talleres terapéuticos para adolescentes y profundiza la relación entre el aspecto individual y grupal, mostrando la importancia de esa modalidad de trabajo en grupo para el desarrollo individual de cada adolescente.
La delicada relación entre locura y marginalidad, cuestión frecuente en la realidad brasileña, y los impases que la clínica revela ante esa situación, también fue un tema de estudio en “Juventude e saúde mental” (“Juventud y salud mental”), en el capítulo escrito por Sá y Oliveira. El caso clínico presentado trata de una clínica “por inventarse”, cuyas propuestas terapéuticas son cuidadosamente pensadas y articuladas entre los diversos servicios de la red de salud mental.
El estudio sobre el abuso y la dependencia de sustancias en la adolescencia es desarrollado en dos artículos de esta obra, el primero escrito por Fernandes y el segundo de la autoría de D’Assunção y Barbeito. Estos autores demuestran que esa cuestión tiene como base un grave proceso de desafiliación y fragilización de los lazos sociales en la sociedad brasileña; cuestionan los tratamientos tradicionales comúnmente desarrollados en estas situaciones y resaltan la importancia de una escucha singular a esos pacientes, condición necesaria para proponerse cuidados que los ayuden de forma más profunda.
El modo de trabajo de Proadolescer se ejemplifica a través del relato de dos casos clínicos en “Juventud y salud mental”. El primero, de autoría de Saggese, Teixeira y Silva, trata sobre un caso de neurosis obsesiva y el segundo, escrito por Drubscky, sobre la cuestión de la bulimia. En esta misma obra, Teixeira y Silva, por su parte, describen, en otro capítulo, el tiempo de transferencia en la clínica del Proadolescer. El último artículo de este libro, escrito por Silva, trata de las particularidades de la supervisión de atendimientos a adolescentes.
El relato de la diversidad de trabajos con adolescentes en la red de salud mental que se presenta en esta obra, teniendo como base al psicoanálisis, destaca la cuestión del uso del psicoanálisis “extra muros”. Después de Freud, los psicoanalistas exploraron nuevos objetos: los niños, el adolescente, la psicosis, la familia, el grupo, la institución, y expandieron el campo del psicoanálisis, a partir de nuevas configuraciones del sufrimiento humano que este aborda.
En “Juventud y salud mental”, es la maleabilidad de las propuestas de trabajo ofrecidas por los diversos profesionales al adolescente y su familia, pero también los equipos clínicos de las instituciones, lo que mejor hace referencia a las cualidades necesarias para que el psicoanálisis pueda acoger los desafíos clínicos y epistemológicos de la contemporaneidad. Se trata así, de una lectura fundamental para los profesionales que tienen en la juventud su objeto de estudio y de trabajo.
Referencias bibliográficas:
SAGGESE, E. Prefácio. In: SAGGESE, E.; OLIVEIRA, F. H.; TEIXEIRA, S. B. S. (Org.). Proadolescer: pesquisa e clínica com adolescentes na Rede de saúde mental. Rio de Janeiro: 7 LETRAS, 2013. p. 7-13.
SAGGESE, E.; OLIVEIRA, F. H. (Org.). Juventude e Saúde Mental: a especificidade da clínica com adolescentes. Rio de Janeiro: Companhia de Freud, 2015.
SAGGESE, E. Apresentação. In: SAGGESE, E.; OLIVEIRA, F. H. (Org.). Juventude e Saúde Mental: a especificidade da clínica com adolescentes. Rio de Janeiro: Companhia de Freud, 2015a. p. 9-16.
SAGGESE, E. Existe uma clínica especifica com adolescentes?.In: SAGGESE, E.; OLIVEIRA, F. H. (Org.). Juventude e Saúde Mental: a especificidade da clínica com adolescentes. Rio de Janeiro: Companhia de Freud, 2015b. p. 17-30.
SAGGESE, E.; OLIVEIRA, F. H.; TEIXEIRA, S. B. S. (Org.). Proadolescer: pesquisa e clínica com adolescentes na Rede de saúde mental. Rio de Janeiro: 7 LETRAS, 2013.
SOLBERG, M. C. Notas sobre o trabalho de atendimento aos adolescentes em ambulatórios. In: SAGGESE, E.; OLIVEIRA, F. H. (Org.). Juventude e Saúde Mental: a especificidade da clínica com adolescentes. Rio de Janeiro: Companhia de Freud, 2015. p. 63-67.
THIMOTEO, L.; BARBOSA, D. R. O atendimento ao adolescente numa emergência. In: SAGGESE, E.; OLIVEIRA, F. H. (Org.). Juventude e Saúde Mental: a especificidade da clínica com adolescentes. Rio de Janeiro: Companhia de Freud, 2015. p. 47-52.
Palabras clave: psicoanálisis, salud mental, juventud.
Fecha de recepción: 18/02/2016
Fecha de aceptación: 23/02/2016