Foto: Verônica Bem dos Santos

¿Qué será el mañana? Expectativas de los jóvenes sobre el futuro, la política y el trabajo

¿Qué será el mañana?

Sueños

El deseo de conocer el mundo y la realización profesional encabezan las aspiraciones de los jóvenes consultados por el proyecto 18/34, llevado a cabo por el Núcleo de Tendencias e Investigación del Espacio Experiencia de la Facultad de Comunicación Social (Famecos) de la PUC-RS. Según el estudio, el 66% de los jóvenes desea conocer el mundo y casi la mitad, el 47,9%, aspira ser feliz en el trabajo. La realización profesional y financiera se manifiesta a través de otras formas de respuesta, como “trabajar y ganar bien”, “ganar mucho dinero y acumular un patrimonio” y a través de formulaciones más nobles como “ser capaz de ayudar a los otros”.

En las ruedas de diálogo, además del éxito profesional, constituir una familia y vivir confortablemente emergieron como deseos recurrentes. La mayoría de los participantes cuestionó la afirmación de que conocer el mundo sea uno de los principales deseos de los jóvenes. Alexandra, de 22 años, explica que los jóvenes viajan porque adquirir lo que realmente desean es muy caro y, por lo tanto, distante de la realidade. Dice preferir “tener mi apartamento y después viajar, prefiero reunir dinero para tener mi propia casa, para después sí viajar. Pero lo que pasa mucho es, por ejemplo, que yo no tengo dinero para tener una casa propia, pero tengo dinero para viajar y entonces viajo”.

En ese grupo no hablaron de riqueza sino de confort. Más que ganar dinero, ellos desean disfrutar lo que harán. En los encuentros algunos jóvenes relataron ambicionar una actividad placentera y una buena relación interpersonal con sus pares más que una buena remuneración. No obstante, este pensamiento no es general. Muchos resaltan que el deseo de tener casa y posteriormente familia “obliga” a sumirse ante trabajos poco placenteros. Júlia, de 23 años, se refiere al equilibro entre la identificación y la necesidad.

Yo encuentro importante trabajar en un lugar en el que te identificas con los valores, las personas, la forma de trabajar, lo que la empresa representa y en donde consideras que serías feliz trabajando por un buen tiempo (…) pero, al mismo tiempo, nadie puede rechazar un empleo en estos momentos.

Referencias como la de Júlia dejan claro que, aunque estudios indiquen que los viajes y el placer son los principales sueños de los jóvenes, la cuestión del trabajo es prioritaria, ya que él viabiliza la realización de los demás deseos.  

Trabajo

Además de ser una de las mayores ambiciones de la juventud, y tal vez devido a eso, el trabajo es también una fuente de preocupación. De acuerdo con datos de la Secretaría Nacional de la Juventud, el 34% de los jóvenes se preocupa por su futuro profesional. En el cuestionario, las incertidumbres en relación a la carrera y el miedo al desempleo son los problemas que quitan el sueño a los jóvenes consultados.

Korman Dib y Castro (2009) observan cómo la construcción de un proyecto profesional y el momento de inserción en el mercado del trabajo se han constituido como un período de crisis en la trayectoria de vida de los jóvenes. El ingreso al universo profesional es acompañado de tensiones, inquietudes y cuestionamientos. Las autoras observan, a partir de estudios focalizados en el universo del trabajo, que las profundas transformaciones sociales, políticas y tecnológicas de las últimas décadas alteraron profundamente la forma en que los individuos se relacionan con el futuro, el trabajo y el tiempo. Ante eso, “las condiciones de construcción de un proyecto de vida personal/profesional se vienen modificando sustancialmente” (Korman Dib y Castro, 2009, p. 4). En este contexto los jóvenes son los más afectados, por hallarse en un momento de tomar decisiones y hacer planes.

Según datos de la SNJ, la educación y el futuro profesional son los temas que a los jóvenes más les gustaría debatir con sus padres y tutores. En una de las ruedas de diálogo, Guillermo, de 24 años, resalta la dificultad que las generaciones anteriores tienen para comprender el contexto actual.

Nuestros padres tienen dificultad para entender eso, nosotros nos formamos en la mejor facultad, en una facultad considerada como la mejor en esa área en Brasil y tenemos dificultades para conseguir empleo. Pasar un buen curso ya no es suficiente, ahora tenemos que tener posgrado, correr atrás de estar actualizándonos siempre y saber que nunca vamos a tener la estabilidad que las generaciones anteriores tenían.

Korman Dib y Castro (2009) apuntan que “la alta inversión destinada a los jóvenes de clase media y media alta, como cursos de idiomas, prácticas de deportes, cursos superiores, intercambios, viajes etc. los coloca en una situación aparentemente más privilegiada en comparación con los demás” (Korman Dib y Castro, 2009, p. 5). Sin embargo, ante estas declaraciones de dificultades y crisis por parte de los jóvenes, “cabe cuestionarse si los privilegios, traducidos en facilidades en el acceso a recursos e informaciones, estarían siendo confundidos con efectivas oportunidades de inclusión y desarrollo profesional” (Korman Dib y Castro, 2009, p. 5). La declaración de Júlia corrobora el análisis de las autoras.

Yo realizé tres pasantías en publicidad y abandoné lo que estaba haciendo porque pensé ‘no quiero ser contratada en este lugar’. Viajé, fui a hacer un curso (fuera del país), regresé. Cuando regresé pensé ‘voy a buscar una plaza en un lugar que me guste, estoy calificada lo suficiente como para conseguir un buen empleo, no?’ No! No es que no esté calificada, pero está difícil. Ellos tienen una vacante para marketing pero también tienes que ser diseñador, tienes que dominar la web y ser redactor y además te quieren pagar mil reales trabajando sábado. Solo encuentras empleos así.

Además de las exigencias absurdas por flexibilidad y las bajas remuneraciones, los jóvenes que se expresaron se quejaron de la inseguridad del vínculo con las empresas. Aunque trabaja en una empresa que considera sólida y con un buen plan de carrera, Pedro, de 25 años, considera que no hay estabilidad en el ambiente de trabajo. Él argumenta que “la estabilidad hoy tiene que ver con que usted ‘mate un león por día’13, la estabilidad de hecho no es estabilidad, es un ascenso, en cuanto usted está ascendiendo, su empleo está seguro”.

Las incertidumbres en relación al futuro y las tensiones y dudas que definen el momento de inserción profesional se suman a un contexto socioeconómico que agudiza las insatisfacciones y el sentimiento generalizado de desconfianza en la política y las instituciones.

Política

De los jóvenes consultados por la SNJ, el 54% considera la política como muy importante, mientras apenas el 9% se considera políticamente activo; el 34% se dice interesado, pero en su actuación, el 38% declara falta de interés y no implicación. En el cuestionario, menos de la mitad de los jóvenes, el 44%, considera la política como tema de motivación e interés.

Estos datos coinciden con las declaraciones registradas en las ruedas de diálogo. En todos los encuentros los jóvenes reconocieron que la actuación política es la principal vía para promover cambios. Sin embargo, existe un descrédito generalizado que pesa sobre las organizaciones y partidos. Incluso según los datos de la SNJ, apenas el 17% de los jóvenes cree que los partidos son la mejor forma de organización. Estos datos pueden estar revelando una crisis de representatividad política, al mismo tiempo que la baja participación no revela desesperanza o pesismismo. De modo contrario, el 91% de los jóvenes considera que la juventud puede cambiar el mundo. Los jóvenes parecen apostar por acciones más autónomas sin mediación. Las movilizaciones en la calle, las organizaciones colectivas y la acción directa emergen como principales maneras de acción política en busca de mejoras. Se engañan también quienes consideran que el joven halla que reclamar por internet es suficiente. A pesar de que el 34% de los jóvenes utilice ese medio para opinar y exigir a los políticos, la mayoría apuesta por las organizaciones colectivas – asambleas, forums, audiencias políticas – como mejores espacios de actuación política. Los datos ofrecidos por la SNJ sobre este asunto muestran que los jóvenes no relacionan política representativa con participación política. Aunque no reconozcan partidos e instituciones como representantes de sus ansias, ellos hacen referencia a diversas formas de actuación política.

Aún así, los números sobre actuación política, protagonismo juvenil y expectativas de mejoras se muestran contradictorios cuando los ponemos en perspectiva en relación a datos de otras investigaciones y declaraciones. En las ruedas de diálogo la proximidad de las elecciones presidenciales del 2014 generó un discurso muy crítico y escéptico sobre los políticos. En lo que se refiere a la política el tono fue predominantemente de escepticismo. Alexandre, de 19 años, no cree que los medios existentes para el cambio son suficientemente fuertes y apuesta por la creación de otros nuevos, aunque no cita cuáles. Dice que “el joven va a ser transformado pero no va a transformar. No es posible transformar (el mundo) con los medios propios de aquí, hay que subvertir esos medios y preparar otros”.

En este mismo grupo, ante el consenso sobre la imposibilidad de cambios, los jóvenes hablaron de huir para el campo, vivir en el interior del país, fundar “otra sociedad”. La tendencia a optar por soluciones individualistas expresada por los jóvenes coincide con los datos sobre las expectativas de progreso ofrecidos por la “Investigación Nacional sobre el Perfil y Opinión de la Juventud Brasileña”(citada previamente).

Los datos de la SNJ ponen de manifiesto una tendencia individualista. A pesar del escepticismo sobre el progreso del mundo – solo el 36% de los jóvenes considera que el mundo va a cambiar en los próximos cinco años -, el 94% de los jóvenes confía en que su vida personal va a mejorar. Es interesante percibir como, a medida que el universo se individualiza, el nivel de esperanza aumenta: las expectativas en relación al país son algo más optimistas, el 44% de los jóvenes confía en la mejora de Brasil en los próximos cinco años y el 53% confía en la mejora de su barrio. Incluso según el estudio, el 68% de los jóvenes tiene confianza en el esfuerzo personal y el apoyo de la familia como condiciones fundamentales para mejorar la vida propia. Para el 47% las políticas del gobierno son responsables de garantizar sus derechos.

No obstante, aunque haya sido expresado ampliamente un discurso escéptico y de aparente pasividad, hubo diferentes valoraciones al respecto. Rodrigo, de 17 años, cree que es preciso hacer elecciones e identificar posibilidades.

Hoy al ciudadano brasileño no le importa la política. En estas elecciones – ‘ah voy a votar por uno cualquiera, voy a votar en blanco, nulo’ – es muy difícil escoger un candidato. Pero si no intentamos hallar algún aspecto positivo en algún candidato, nunca las cosas van a cambiar.

En este mismo grupo, Daniel, de 16 años, argumentó que la política puede ser una vía, pero considera que no necesita “entrar en la política para hacer algo”. Él cree que la movilización puede crear un antecedente y comenzar en espacios como la escuela, por ejemplo. Encuentros y reuniones para promover mejoras en los espacios comunes y valiosos para ellos, como la escuela o su barrio, son acciones que Daniel considera como formas de acción política. Él cree que esos movimientos pueden crecer y generar iniciativas parecidas en otros espacios.

La investigación “El sueño brasileño de la política” (2014) realizada por la agencia Box 1824 dio a conocer al grupo de jóvenes que el estudio denomina “hackers de la política”. Ellos entienden los códigos del sistema y construyen una nueva lógica para transformarlos. Ellos son apenas el 16% del universo contemplado por la investigación, mas su actuación tiene gran potencial. Así como los demás jóvenes, los hackers actúan por principios y no se relacionan con los partidos, aunque no excluyen el diálogo con las instituciones como uma forma de acción.

13 – Frase idiomática que significa realizar algo exagerado.
Carolina Salomão Corrêa krolsalomao@gmail.com

Doctoranda en Psicología Clínica en la Pontifícia Universidade Católica do Rio de Janeiro, Brasil. Posee Licenciatura en Comunicación Social por la misma institución. Es Máster en Psicología Clínica por la Pontifícia Universidade Católica do Rio de Janeiro (2010). Es miembro-investigadora del Grupo Interdisciplinar de Pesquisa da Subjetividade – GIPS. 

Solange Jobim e Souza soljobim@puc-rio.br

Doctora. Profesora Asociada del Programa de Posgrado en Psicología Clínica de la PUC-Rio, Brasil. Profesora Adjunta de la Faculdade de Educação de la Universidade do Estado do Rio de Janeiro (UERJ), Brasil. Investigadora del Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico (CNPq), así como de la Fundação de Amparo e Pesquisa do Estado do Rio de Janeiro (FAPERJ). Coordinadora del Grupo Interdisciplinar de Pesquisa da Subjetividade – GIPS, del Departamento de Psicología de la PUC-Rio, Brasil.