Introducción
Entre 2014 y 2016 acompañé, en el marco de mi investigación doctoral, a 24 jóvenes en su vida cotidiana y en sus espacios vitales del área metropolitana de Barcelona. Estos chicos y chicas tenían entre 13 y 24 años y provenían de familias dominicanas y ecuatorianas o de parejas mixtas de uno de estos dos colectivos (el padre o la madre era dominicano/ecuatoriano y el otro progenitor español). Los y las jóvenes ya habían nacido en España o habían venido durante su infancia a Barcelona. El objetivo de la investigación consistía en identificar sus identidades socioculturales y dar con sus leitmotivs vitales, es decir, con aquellas identificaciones (relacionadas con espacios, colectivos, pasatiempos o prácticas culturales) que los y las jóvenes consideraban significativos para sus vidas1. A nivel metodológico partí desde una perspectiva cualitativa y etnográfica, aplicando en la medida posible una metodología participativa. Pretendía abordar las diversas realidades juveniles de una forma holística y empática, a la vez de ser consciente en cada momento de mi subjetividad como investigadora (para más información véase Hansen, 2017). Opté por la realización de estudios de caso, a través de los cuales pude aproximarme muy de cerca al mundo de cada uno de las chicas y chicos y entender sus significados desde su perspectiva. Este artículo profundizará en dos de las técnicas que resultaron más fructíferas para mi investigación.
Enfoque metodológico
Para la realización de los estudios de caso buscaba técnicas que me permitieran acercarme de forma adecuada a los y las jóvenes y abordar sus realidades de forma holística, empática e interactiva. Pretendía usar técnicas que evocaran el movimiento y la creatividad y que fueran, además, contrarias a cualquier situación parecida a un examen o una clase que ellos y ellas ya vivían en su vida cotidiana dentro del sistema educativo formal. Me interesaban aquellas técnicas que lograban generar un discurso espontáneo y que permitían que los y las jóvenes se pudieran expresar en sus propios medios y contextos. La investigación social con jóvenes implica la necesidad de aplicar aproximaciones y técnicas que difieren de aquellas utilizadas con adultos, pero también con niños (véase también Hopkins, 2010; Skelton, 2008; Skelton; Valentine, 1998; Trell; Van Hoven, 2010). Sin embargo, existen aún pocas publicaciones sobre una metodología específica para la investigación con adolescentes y jóvenes. La mayoría de los métodos aplicados con jóvenes resultan adoptados de métodos para niños/as o adultos, algo que solo recientemente está cambiando (Hopkins, 2010; Morrow, 2008; Ortiz Guitart, 2007). Las metodologías participativas, y concretamente la investigación-acción participativa (IAP), ofrecen un enfoque y propuestas concretas muy interesantes (véase Kindon; Pain; & Kesby, 2007). En mi caso apliqué un enfoque participativo en su dimensión “lúdica, interactiva, creativa y flexible” (Agrelo, 2011) – como se verá más adelante – pero no tanto como un proceso investigativo IAP, por ejemplo desarrollando un proyecto empujado y llevado a cabo por los propios jóvenes.
La búsqueda de nuevas aproximaciones no excluye el uso de técnicas tradicionales de antropología, como la observación participante y la etnografía (anotando observaciones y reflexiones en un diario de campo). De hecho, un seguimiento cercano y prolongado en el tiempo de los sujetos de estudio, dentro de su entorno habitual, se combina perfectamente con la aplicación de otras técnicas puntuales que ayudan a estimular la reflexión y el discurso de los sujetos sobre temáticas pertinentes. Sobre todo, aproximaciones desde la geografía y la investigación social con niños me proporcionaron unas técnicas de investigación muy fructíferas.
Realicé los estudios de caso con un conjunto de diez técnicas diferentes: La observación participante y el acompañamiento de los y las jóvenes durante un tiempo prolongado (dependiendo de las oportunidades y disposiciones en cada caso); conversaciones informales con ellos y ellas, sus hermanos y hermanas y sus amigos y amigas; una entrevista semiestructurada con sus familias; un breve cuestionario escrito sobre su perfil socioeconómico y sus pasatiempos; un mapa mental de actividades diarias; un mapa mental de acontecimientos vitales; el juego de asociaciones; el paseo guiado por el barrio; la recolección de fotos de la habitación y el objeto favorito y el análisis de su red social offline (con el software Egonet). Usé este conjunto de herramientas diferentes de forma flexible, en función de las características del informante, de la situación y del contexto. A continuación, presento dos de las técnicas que considero esencialmente interesantes e innovadoras: el paseo guiado por el barrio y el juego de asociaciones.