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“Muéstrame tu vida”: el paseo guiado por el barrio y el juego de asociaciones en la investigación cualitativa con jóvenes

El juego de asociaciones

La técnica del juego de asociaciones se basa en una idea propia. Después de iniciar el trabajo de campo y encontrarme que los y las jóvenes contestaban, a menudo, de forma abreviada y poco explicativa, decidí incorporar esta técnica al conjunto de la metodología. Se inspira en el vídeo El Quiz del proyecto Alzando las voces de las mujeres migradas contra el Racismo (Red de Migración, Género y Desarrollo y la Agencia de Noticias con visión de Género, 2013). En este vídeo se pregunta a personas de diversos países qué asocian con conceptos como: origen, inmigrante, raza, blanco o negro. Las asociaciones de las personas son breves pero altamente esclarecedoras. Este ejercicio me parecía muy atractivo para su aplicación con adolescentes y jóvenes, dado que para este ejercicio los chicos y las chicas no requieren de muchos recursos retóricos y no se sienten interrogados, como en otro tipo de entrevistas más formales. De esta forma esperaba provocar identificaciones y discursos espontáneos.

En el juego pregunté a los y las jóvenes por su asociación con determinados conceptos claves para el estudio, como: escuela, familia, origen, Barcelona, Ecuador o República Dominicana etc. pero también por conceptos relacionados con la cuestión identitaria y su sentido de pertenencia. Entre ellos figuraban a propósito algunos términos que podrían parecer provocativos para los y las jóvenes, como: raza, inmigrante, sudaka, blanco o negro. Provocativos en el sentido que ¿por qué preguntar a un joven de familia mixta, nacido en Barcelona, por el término inmigrante? Mi idea consistía justamente en provocar reacciones espontaneas a estas palabras porque a menudo es en la confrontación con ellas cuando se muestran claramente la identificación y desidentificación por parte de los y las jóvenes. Antes de empezar el juego de asociaciones les explicaba que se trataba de compartir conmigo sus primeras asociaciones, lo primero que les viniera a la cabeza, sin reflexionar mucho. Subrayé que no se trataba de un examen y que no había respuestas correctas o erróneas. Dependiendo del concepto, los y las jóvenes, tenían más o menos asociaciones.

Presenté cada uno de los conceptos en unas fichas de papel y las llevaba conmigo en los encuentros con los chicos y chicas. De esta manera, podía utilizar el juego de asociaciones de forma espontánea, siempre que tenía la oportunidad. La ventaja del juego es que se puede realizar en 10 o 15 minutos, siempre en función de las respuestas de los y las jóvenes. La técnica sirvió para poder indagar en temas que se habían quedado cortos en conversaciones anteriores, o para pedirles que detallaran una determinada asociación. Empleé el juego en momentos muy diversos de los encuentros: en algunos casos era posterior a conversaciones y paseos por el barrio, en otros casos era al final de los encuentros y en muchos casos lo utilicé en huecos vacíos cuando ya había poco tiempo para emplear otras técnicas.

El juego de asociaciones ayudaba a evocar reacciones espontaneas, como en el caso de Rafa, un joven de familia mixta-dominicana y nacido en Cataluña. Cuando le pregunté por su asociación con la palabra inmigrante, me contestó: “¡pero es que yo no soy inmigrante!” (Hansen, 2017). Resultaba esclarecedor su claro rechazo a la identificación como persona inmigrante y reivindicaba su identidad como autóctono frente a procesos de racialización y estereotipación por personas ajenas. La ventaja del juego es que no formula preguntas concretas y puede, de esta forma, dar lugar a cualquier tipo de asociación o suposición, como en este caso (“¡Ella asume que yo soy inmigrante!”), (Hansen, 2017). Lo mismo pasó cuando pregunté a Santi, un joven adulto de familia mixta-dominicana nacido en Cataluña, por la palabra de inmigrante. Me contestó: “algo que no he elegido yo”. Sin entenderle al principio, seguí preguntándole por ese significado y me explicó que se identificaba en determinadas situaciones sociales como inmigrante, dado que los demás le encastillaban a menudo como inmigrante. Esta postura no había salido en ningún momento en las conversaciones anteriores, cuando preguntaba a Santi por sus identificaciones nacional-culturales.

El juego de asociaciones posibilita la asociación con imágenes, que a menudo explican mejor que mil palabras cómo se sienten los y las jóvenes. Este es el caso de Helena, una chica de familia mixta-dominicana nacida en Cataluña. Con ella me costaba entrar en su mundo, es decir, ella tenía bastantes recelos de contarme cosas sobre ella. Sin embargo, a través del juego de asociaciones fue posible ir entrando poco a poco, de una forma poco invasiva y más amena. Con la palabra estudiar, Helena asoció: “Me acuerdo cómo oscuro. Me acuerdo que algunas veces estoy allí, todo oscuro y con una lámpara. Iluminando el papel. Un papel escrito.” (Diario de campo, 2014; véase Hansen, 2017). Esta imagen de la lámpara iluminando el papel en mitad de la oscuridad evocaba una potente sensación de soledad, concentración o presión. Esta imagen dio luego lugar a una conversación más extendida con Helena sobre sus sentimientos acerca de los estudios y la gran presión que sentía en este ámbito, además de los conflictos que mantenía por ello con sus familias, especialmente con su madre.

El juego de asociaciones facilitó información útil a nivel individual en casi todos los casos, al mismo tiempo que enriqueció los relatos vitales de muchos y muchas jóvenes. Por otro lado, el análisis conjunto de las respuestas dibujó un imaginario colectivo potente sobre los diferentes conceptos. Con todas las respuestas, pude crear árboles de asociaciones de cada ítem. Por ejemplo, los y las jóvenes tenían las siguientes asociaciones con el concepto de ser adulto:

Gráfico 1: Árbol de asociaciones de los y las jóvenes con el término “Ser adulto”

Fuente: Elaboración propia (véase Hansen, 2017). El tamaño de los nodos no corresponde a mayor o menor incidencia o importancia, solo se debe a la longitud de las palabras. Las palabras acentuadas en negrita muestran mayor incidencia (han sido nombradas más de una vez por distintos jóvenes). La ordenación es aleatoria.

Este conjunto de asociaciones permitió ilustrar de forma potente algunos resultados claves del estudio, es decir, pudo acompañar en buena medida el análisis del conjunto de la información recogida.

Nele Hansen Nele.hansen@upf.edu

Doctora en Antropología Social y Cultural por la Universidad Autónoma de Barcelona, Espanha. Actualmente es Project Manager del proyecto de investigación ERC TRANSGANG. Participa como investigadora postdoctoral en varios otros proyectos nacionales y europeos del grupo de investigación JOVIS.COM, Universitat Pompeu Fabra, Departamento de Comunicación, Barcelona (Espanha) como CHIEF (Patrimonio cultural e identidades del futuro de Europa), SLYMS (Aprendizaje sociocultural de la juventud en sociedades móviles) y ACTIFEM (Activismos en femenino).