Foto: Gerd Altmann

La sociabilidad automatizada de los niños brasileños en las redes sociales

Amanda Antunes – Hay una tentativa de ser alguien dentro de los límites del reconocimiento, o sea, de la mirada del otro. Solo a partir del momento que colocan eso en internet y las niñas perciben que esa visibilidad ampliada se da y notan que ese protagonismo se concreta, comprenden que lo que están haciendo es interesante o que se obtiene un resultado de todo el esfuerzo invertido.

Renata Tomaz –¡Exactamente! ¿Qué diferencia existe entre las situaciones en que muestro un objeto o alguna cosa para una amiga en mi cuarto y cuando lo hago en la internet? La diferencia es que, en la internet, puedo ver a cuántas personas les gustó lo que hice. ¡Eso es muy poderoso! Porque una cosa es saber que a una amiga mía en mi cuarto le gustó mi juguete o lo que hice y otra cosa es saber que a miles de personas les gustó aquel acontecimiento y lo que hice. Es algo muy absurdo y tiene mucho que ver con el niño. Recuerdo cuando estaba conversando con una niña youtuber y me estaba contando cómo sería cuando ella llegase al esperado millón de seguidores de su canal. Entonces le pregunté: ¿por qué es tan importante? Ella me dijo lo siguiente: “Es un millón de personas a las que les gusto!” ¿Tienes idea de lo que es ese poder de cuantificación, el alcance que eso tiene? ¡Eso reconfigura mucho las prácticas de los niños!

Amanda Antunes – Parece ser un capital afectivo que puede tener relación con una lógica mediática masiva. Hablando de esas cuestiones asociadas a las prácticas de consumo, como estábamos hablando antes, ¿sabe se existe algún tipo de reglamentación de esa práctica del mundo virtual en relación con los niños?

Renata Tomaz – No existe una legislación específica para el uso que los niños hacen de la internet. Aunque obviamente tenemos el Estatuto del Niño y del Adolescente (ECA) que es un documento legal que protege a los niños y, obviamente, establece las directrices de cómo la sociedad brasileña debe enfocar esas dinámicas. También todas las plataformas tienen sus reglamentaciones en uso. Entonces, todos los sites ofrecen un lugar donde presentan sus reglamentaciones. Pero, muchas veces, en el caso de los sites, esas reglamentaciones se limitan al establecimiento de una determinada edad en que se puede hacer uso del site. En el caso de Brasil, YouTube exige que el usuario tenga por lo menos 18 años para producir y postear un contenido. En los Estados Unidos, el límite de edad es de 13. Mientras, la plataforma no excluye, por ejemplo, a los usuarios brasileños con menos de 18 años que rompen las reglas. La empresa se lava las manos, depositando toda la responsabilidad sobre los padres y sobre los propios niños por el uso que ellos hacen del site. Además de eso, el propio Estado deja a cargo del mercado ese tipo de decisiones.

El Estado, por lo menos en Brasil, no se moviliza para supervisar tales acciones. Lo que existe son algunos movimientos por parte de la sociedad civil para intentar castigar y fiscalizar mínimamente a esas empresas que asedian a los niños en internet. Aquí el Ministerio Público de Rio de Janeiro, por ejemplo, tiene un proceso contra las empresas que están enviando productos para los niños. Obviamente, esas empresas no piden ni exigen que los niños hagan propaganda de los videos. Pero está implícito, para no decir explícito, que, al ganar determinado producto, esos niños precisan mostrar en los videos. Incluso, porque si parasen de mostrar esos productos en sus videos y canales, las empresas van a parar de mandar los presentes.

Amanda Antunes – Entonces, existe la necesidad de que deparemos en internet y comencemos a producir mecanismos para regularizar esos acontecimientos con el objetivo, principalmente, de conseguir una seguridad ética.

Renata Tomaz – Nosotros tenemos una categoría de trabajo para los niños que es llamada trabajo artístico infantil. Hoy, un niño solo es autorizado a ejercer un trabajo artístico infantil en el ámbito del Consejo Tutelar. Se está tramitando una ley en el Congreso Nacional que permita al Ministerio del Trabajo y no al Consejo Tutelar arbitrar en ese campo de decisiones sobre el trabajo artístico infantil. ¿Por qué esa ley se está tramitando allí? Es claro que para hacer más fácil el ejercicio del trabajo de los niños en ese campo.

Amanda Antunes – ¿Cuáles serían los problemas éticos colocados por la emergencia de ese escenario de los niños en los nuevos medios?

Renata Tomaz – Ya escuché a muchas personas en la universidad criticar la exposición de los niños. Ellos dicen: “Ese no es lugar para los niños! ¡Es muy peligroso!”. Pero observando muchos comentarios y como las personas hablaban con los niños, varias veces me pregunté, ¿qué es lo que realmente incomoda a buena parte de las personas? ¿Será la exposición de los niños a los riesgos? ¿O también el hecho de que los niños se estén dividiendo el pastel de la visibilidad? ¿Será que los niños youtubers también estén incomodándonos porque están compitiendo en ese mercado por los papeles de relevancia y protagonismo social? Cuando las personas hablan así: “¡Este no es lugar para los niños! ¡Que vayan a ver TV Globinho!” Algunos hasta dicen así: “cómo pueden esos niños, haciendo cosas inútiles, conseguir 5 millones de visualizaciones, mientras mi video, que es algo tan útil, que me dio trabajo, que realmente exigió toda una complejidad para ser hecho, no tiene tantas visualizaciones. ¿Dónde esto va a parar? ¡El mundo es un absurdo!”. Esa resistencia al protagonismo de los niños también está ligada a la idea de que están compitiendo con los adultos por los espacios.

Una segunda cuestión entre la ética y la visibilidad es la propia gestión de la visibilidad. ¿Cuál es el problema? ¿Es el hecho de que el niño está visible y expuesto o cómo y por qué escoge los modos a través de los que se hará visible? Porque, en la concreta, ¿quién vuelve a los niños visibles desde la barriga? ¡Son los adultos! Porque son siempre los adultos los que están por detrás de esa visibilidad de los niños. Todo el tiempo estamos dando visibilidad a nuestros niños. Pero cuando vemos esa búsqueda de los niños para hacerse visibles, nos atemorizamos, lo creemos peligroso. Entonces, el problema es la visibilidad de los niños o el hecho de que, en algunos momentos, ¿son ellos mismos los que están creando esa visibilidad?

Además de eso, es muy difícil abordar esta cuestión sin preguntarse: “¿Lo que esos niños están haciendo es trabajar?” Le pregunté a una de las niñas que participaron en la investigación: “Juliana, ¿tú crees que tu site es un trabajo?”. Ella dijo que, de cierta forma, es un trabajo porque implica una cierta responsabilidad. Esa es una pregunta particularmente penosa, porque en nuestro país hay muchos niños trabajando en los semáforos, como obreros. Todos esos niños están trabajando en el país, aunque ellos tengan el derecho de no trabajar. ¿De qué forma ellos podrían producir sin ser explotados en función de eso?

En fin, se trata de un desafío teórico, político y ético que exige pensar al niño dentro del marco de nuestra reflexión sobre los derechos de la infancia. Ellos tienen derecho a la participación, hablamos necesariamente de visibilidad. No basta con que alguien me represente en el Congreso, se requiere que cada uno tenga espacios legítimos para presentar sus demandas. Es imposible que tengamos esa discusión sin cuestionarnos: ¿cómo garantizar el derecho de participación de los niños y, en ese sentido, garantizarles una visibilidad, sin afectar ningún otro de sus derechos, el derecho a la protección? En otras palabras: ¿Cuál sería la articulación necesaria para garantizar la participación de los niños sin afectar su derecho a la protección?

Amanda Antunes – ¡Gracias por hablar para DESidades sobre un tema tan fascinante!

Renata Tomaz – ¡Soy yo quien agradezco!

Resumen

Las redes sociales y los medios interconectados están imponiendo una nueva realidad para la infancia y la adolescencia, abriendo espacios de sociabilidad y de afirmación del propio yo infanto-juvenil nuevos y diferentes. En un mundo dominado por las conexiones on-line, jugar y hacer amigos puede ir mucho más allá de establecer relaciones afectivas, realizar actividades lúdicas, especialmente para quien busca o ya ganó notoriedad en alguna de las plataformas digitales que posibilitan la transformación de niños y adolescentes en emprendedores del entretenimiento y de la propaganda.

Palabras clave: niños youtubers, sociabilidad automatizada, redes sociales, infancia digital.

Fecha de recepción: 11/09/2017
Fecha de aceptación: 13/12/2017

Renata Tomaz renatactomaz@gmail.com
Periodista. Doctora en Comunicación y Cultura por la Universidade Federal do Rio de Janeiro, Brasil, donde realiza Posdoctorado en la Escuela de Comunicación, con bolsa FAPERJ. Investigadora del Núcleo de Estudios de Medios, Emociones y Sociabilidad.
Amanda Almeida Antunes amandaantunesrj@gmail.com
Publicista. Doctoranda en Comunicación en la Pontifícia Universidade Católica do Rio de Janeiro, Brasil. Investigadora del Grupo de Investigación Juventudes Cariocas, sus Culturas y Representaciones Mediáticas.